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VIVENCIAS ¿QUÉ LEER?

Voces de Aída

Aída Bonelly de Díaz fue una mujer que dedicó gran parte de su vida a escribir sobre música dominicana. Sus artículos hicieron época. Cada escrito suyo se constituía en un aporte para el ambiente artístico nacional. “Voces de Aída”, bajo la selección y cuidado de Marianne de Tolentino, recoge los textos que Bonnelly publicaba en la página editorial del Listín Diario. Su crítica era por demás bien edificada, pues estudió música en Nueva York y se especializó en París. Su faceta más aplaudida, además de la crítica, fue la de pedagogía musical. Sus aportes en este ámbito iban desde las recomendaciones más certeras hasta las intervenciones más agudas.

El “Pórtico” del libro está dedicado al Teatro Nacional. En los textos de esta parte se percibe una intención por encauzar su dinámica hacia la preservación de las Bellas Artes, la música clásica y los altos estándares de sinfonías prestigiosas.

Según avanzamos la lectura, nos percatamos de que la Orquesta Sinfónica Nacional ocupa gran espacio en la atención de Aída, pues resalta sus aniversarios, conciertos, directores y solistas. En estos dos puntos, la autora se percibe involucrada y comprometida. Podemos ver que se anima a dar orientaciones y sugerencias que aporten al desempeño óptimo del Teatro Nacional y de Bellas Artes. La sección “Homenajes”, como bien comenta Marianne de Tolentino, cuidadora de la edición del libro, Aída muestra su admiración y reconocimiento por los profesionales de la música.

Allí figuran nombres como los de Julio Alberto Hernández, Manuel Simó, Rafael Landestoy, Julio Ravelo de la Fuente, Rafael Ignacio, Oscar Luis Valdez Mena, Rafaelito Villanueva, René Rodríguez y otros importantes personajes de la vida musical del país.

La dominicanidad es otro segmento al que nuestra autora dedica atención.

En este punto, hace referencia a otros compositores dominicanos, como Manuel Mario Miniño y Luis Mena.

Otro elemento que la autora toca en esta parte es el relativo a la música popular, a la que sitúa como un género cultivado por gente con gran talento pero sin formación musical. Hace también un señalamiento laudatorio a Juan Luis Guerra como responsable de la internacionalización de nuestros ritmos populares.

La autora reclama en sus artículos la difusión de la figura del compositor, ya que su nombre permanece la mayoría de las veces en el anonimato. También realiza un llamado a los productores para que promuevan la información sobre los compositores de las piezas musicales. Los cantantes líricos, por supuesto, tienen un espacio en los comentarios de Aída. A ellos les dedica líneas de hermosos halagos, a la vez que lamenta y critica el escaso apoyo que estos reciben. El libro termina con un artículo que enmarca una grandiosa noticia para la autora. Se trata del que dedica a la construcción del Auditorio Nacional de Música, el cual denomina como un hito en el desarrollo de la cultura musical de nuestro país.

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