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Tecnología

El mundo será de quienes sepan programar

República Dominicana y los demás países latinoamericanos tienen una gran oportunidad en sus manos: trabajar en la inclusión digital. Alfabetizar en esta área a niños, adolescentes, jóvenes y adultos para que puedan ser parte de la economía en el futuro cercano, que promete estar más dominado por la tecnología.

Según la argentina Jennifer Brooks, quien maneja el área de Filantropía de Microsoft, este es el minuto en que se deben incentivar los estudios de programación, porque “el futuro está aquí” y el miedo de ser reemplazados por robots en los trabajos es real, y está llevando a discusiones muy fuertes sobre si será necesario tener un salario universal.

“Ahora es el momento. Y quiero dejar esa sensación de urgencia. Este es el momento de aprender, no dentro de cinco años cuando estemos fuera del mercado. Niños y niñas de las escuelas, los maestros..., todos tenemos que saber programar”, dice Brooks en entrevista con Tecnología de LISTÍN DIARIO.

Asegura que tener habilidades en la ciencia de la computación es lo que desarrolla la creatividad y esta es la que “nos va a distinguir, y hará la diferencia. Estuve una vez con una ministra de la Educación hablando de este tema y ella dijo algo muy cierto: ‘Cuando uno mira los estudios sobre creatividad nos damos cuenta que esta ha ido bajando’, y esto se debe a que la educación está cada vez más estructurada en que la respuesta es blanco o negro, sí o no”.

Insiste en que la computación permite generar ese pensamiento crítico, la lógica y la resolución de problemas, porque da una solución múltiple y abierta. Además de que se trata de una revolución que va 100 veces más rápido y más grande que otras revoluciones industriales.

“No quiero ser catastrófica con esta nueva revolución; creo que sí va a ser un cimbronazo social y todos nos vamos a tener que acomodar, pero creo que hay una oportunidad enorme para que mucha gente sea incluida y se creen otras nuevas áreas de trabajo”, asegura.

¿Cómo está República Dominicana? Desde la apreciación de Brooks, hay un interés por parte de Gobierno con la República Digital, la vicepresidenta Margarita Cedeño desde los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC), y la ministra de la Juventud, Robiamny Balcácer, de formar jóvenes en áreas tecnológicas.

“La idea de trabajar con el Ministerio de la Juventud es para darle esa oportunidad a los jóvenes que no aprendieron cuando eran pequeños. Robiamny específicamente tiene interés de hacer esto para las Casas de la Juventud (que se crearán 38 en distintas partes del país, ocho este año), y ella se ha comprometido en llevar la discusión de las ciencias de la computación con los ministerios de Educación, Trabajo, y con todas las áreas que tienen que ponerse de acuerdo”, asegura Brooks.

Desde el Departamento de Filantropía de Microsoft, explica, se trabaja con organizaciones sin fines de lucro, con los gobiernos y otras instituciones. Se facilita capacitación poniendo a disposición el uso de los contenidos.

Por medio de la iniciativa “Yo puedo programar”, han sido muchos los niños que han aprendido de programación. Solo en el país, asegura Brooks, entre 2014 y 2016 unos 45,000 niños y adolescentes en edades de 8 a 16 años han utilizado este programa, el cual consiste en hacer “la hora de código”, luego a programar y si les sigue interesando, pasan al desarrollo de aplicaciones y aprenden de nube (donde va a funcionar toda la tecnología). También está cómo se maneja big data, inteligencia artificial, entre otros.

El rol de la mujer

Brooks, quien visitó el país por el 'V Foro Mujeres Poderosas Forbes: El Reto de Trascender', ha hablado también del rol de la mujer en las carreras y puestos tecnológicos.

Considera que el ámbito de la tecnología sigue siendo un desafío para las mujeres.

“Somos solo el 16 % en el mundo de las personas que se reciben en carreras de tecnología y eso genera varios impactos socioeconómicos y culturales. Por ejemplo, la mujer no está integrada en la creación de los productos que incluyen tecnología o lo está en mínimas referencias”, lamenta.

¿A qué se debe? Recuerda que durante Segunda Guerra Mundial las mujeres programaban, pero después de esta época los hombres volvieron al mercado y tomaron las riendas. Además, ciertas discriminaciones culturales, han hecho que la mujer quede relegada de esta área.

Es una realidad que viven muchas chicas, considera.

El sistema educativo para la ciencia de la computación no está diseñado para ellas. “Y también creo que hay una parte de autodiscriminación: ‘Esto es difícil, las matemáticas no son para mí…’; del mismo modo, hay una realidad social: embarazos tempranos que llevan a abandonar las escuelas para hacer otras tareas, lo que impide llegar a ciclos universitarios”.

Brooks concluye recordando que los CTC se enfocan en que un 80 % de las participantes sean mujeres. “No solo en la alfabetización básica sino para que ellas empiecen a crear tecnología. Eso se llama aprender las ciencias de la computación”.

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