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DOS MINUTOS

¿Qué siembro yo?

16∫. Domingo de Tiempo Ordinario MATEO 13, 24-43

¿Ha oído usted hablar sobre las famozsas “máximas de Benjamín Franklyn”? Son frases llenas de sabiduría que adquiere un pensador al correr de la vida. Permítame compartir con usted la que a mí más me gusta. Dice así:

“No hablaré mal de hombre alguno, y de todos diré, todo lo bueno que sepa”

Recuerdo cuando compartí esta máxima de vida con el P. Vicente Rubio, de gratísima recordación en nuestro país. El abrió los ojos, me pidió que se la repitiera y la apuntó con gran interés, alegrándose mucho de conocerla.

Particularmente, en muchos cursos y charlas la he llamado “el chisme positivo”. Este “chisme” une, construye y edifica, muy al contrario de la cizaña de la que habla el evangelio de hoy, que divide, destruye y derrumba comunidades y grupos que se amaban y se apoyaban, y proclamaban las maravillas de ser amigos de Jesucristo, el gran Maestro, el Hijo de Dios hecho hombre.

Cuando los apóstoles le pidieron les explicara esta parábola, Él contestó con palabras muy claras y duras.

“El que sembró la semilla buena es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los súbditos del Maligno; el enemigo que la siembra es el Diablo; la cosecha es el fin del mundo; los cosechadoras son los ángeles. Como se junta la cizaña y se echa al fuego, así sucederá el fin del mundo: El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su reino todos los corruptos y los malhechores; y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces, en el reino de su Padre, los justos brillaran como el sol. El que tenga oídos que escuche.

La pregunta de hoy ¿Qué es la fe?

El Cardenal López Rodríguez dio una respuesta muy interesante a esta pregunta en una ocasión. Dijo:

“La fe es el saber de los sencillos”.

“Para la comprensión del misterio de Dios, dice Jesús que la gente sencilla tiene ventaja incluso sobre los mismos teólogos, si estos son sólo sabios autosuficientes poseídos de orgullo doctrinal“. Y

“La fe es una sabiduría superior”.

“La fe es una clase de sabiduría especial, pues no es ciencia sino creencia y por lo mismo su objeto no está a nivel de visible y demostrable, sino en el plano de la experiencia vivencial”.

Pienso que si usted y yo hemos recibido este gran don de la fe, es porque Dios ha querido hacernos sencillos y, por tanto, concedernos esta “Sabiduría Superior” que nos capacita para ser buena semilla.

Piense que su mente está llena de Buena Semilla y haga lo que dijo el Señor y muchos años después, B. Franklyn:

“No hablaré mal de hombre alguno (cizaña) y de todos diré todo lo bueno que sepa (Buena Semilla).

¡Qué Dios nos ayude a ser sus sembradores y no los del diablo!

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