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¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados...”

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Maruchi R. De ElmúdesiSanto Domingo

Y yo los aliviaré”. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. (Mt 11, 25-30). Este Evangelio siempre ha sido una de mis lecturas favoritas. Especialmente cuando las cosas no van como quisiera que fueran. Y entonces, recibo una paz infinita. Y es que el Señor es el que está siempre al lado de nosotros. No nos deja nunca. Nosotros somos los que nos alejamos de El muchas veces, por una serie de factores, que van desde la comodidad, hasta la satisfacción cuando todo está bien. Y como dice el refrán: “Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”. El tiempo en que estamos viviendo está lleno de angustias y ansiedades, no sabemos en qué “pie estamos parados”. No sabemos si en cualquier momento la desgracia nos visitará, con la poca seguridad que nos rodea. Y lo peor es que parece que nadie se da cuenta, o al menos se hace que no se da cuenta, para evitar todo tipo de compromiso. “La soberbia personal y la búsqueda de la vanagloria hacen que las personas pierdan la humildad y el espíritu de servicio que caracteriza a quienes desean seguir al Señor, ya que hacen todo lo posible para que sus obras sean vistas por los hombres y no por Dios. Ellos han cambiado la gloria de Dios por su propia gloria, olvidando que sin humildad y espíritu de servicio no es posible vivir la caridad y mucho menos entrar en el Reino de los Cielos. Jesús no quiere a su servicio personas engreídas, sino personas sanas espiritualmente, que sean eficaces y fuertes para proclamar Su Palabra. Si no somos humildes podemos hacer desgraciados a quienes nos rodean, porque la soberbia lo daña todo.” (Monseñor Jesús Castro Marte). Debemos estar siempre alerta a nuestro alrededor. Controlar nuestros impulsos ante lo que sea desfavorable para nosotros. Aprender a ser manso como nos lo pide el Señor, pero, que esto no nos impida salir a evangelizar a los demás, a “tomar el llamado del Señor a salir, para misionar comunicando la alegría del Evangelio”, como nos lo pide el Papa Francisco. La iglesia está llamada a salir a evangelizar porque el Señor nos ha enviado a esta tarea. Involucrarnos en el servicio. Acompañar a la humanidad en todos los procesos por más duros y prolongados que sean. Es difícil hoy en día, pero el cristiano ante todo debe llevar el Evangelio a todas partes, con nuestro testimonio de vida primero y con el servicio a los demás después. Para comunicarse con la autora mtelmudesi@gmail.com

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