Santo Domingo 23°C/23°C clear sky

Suscribete

DOS MINUTOS

5º domingo de tiempo ordinario

Ahora, día a día, minuto a minuto, se manifiesta cada vez que alguien, conozca o no la doctrina cristiana, actúa movido por un amor solidario y gratis, que no brota de él, que es una potencia que lo impulsa, respetando siempre su voluntad.

Avatar del Listín Diario
Luis García DubusSanto Domingo

MATEO 5, 13-16 SOLIDARIDAD Creo que eran las seis y medio de la tarde, cuando recibí una llamada telefónica horrorosa. Una voz masculina que yo desconocía me daba la noticia de que a mi hijo José Manuel le habían dado un balazo en la cabeza a quemarropa mientras dormía, y había muerto inmediatamente.

No había pasado una hora cuando llegaron a mi casa Marcos y Rafael Francisco, dos amigos que dejaron todo lo que tendrían planeado hacer esa noche y, junto a sus queridas esposas, vinieron a acompañarnos.

Su ayuda fue invaluable. Además de acompañarnos en un momento de dolor indescriptible, ellos lograron que trajeran esa misma noche en una ambulancia el cuerpo de Manoli desde Sosúa (donde vivía) a Santo Domingo.

Nunca olvidaré ni agradeceré suficientemente aquel gesto de solidaridad, tanto esa noche, como al día siguiente en la funeraria y en el cementerio.

Recientemente leí una frase traducida del inglés del Dalai Lama, dice así: “My religión is kindness” “Kindness” se puede traducir como, bondad, dulzura, amabilidad... y naturalmente, SOLIDARIDAD.

Jesús, el Maestro de todos los maestros nos dice hoy a quienes creemos en Él:

“Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo” Le aseguro que sin ese apoyo solidario que nos dieron nuestros otros hijos, y esos dos amigos cristianos, mi adorada esposa Fanny y yo hubiéramos muerto de tristeza en aquella terrible ocasión.

No hay nada que duela más que la muerte de un hijo querido, y si es matado, aún más.

Escuchamos a menudo la expresión “El Reino de Dios”. Pero, ¿cómo se manifiesta este reino? El reino de Dios, no es como quisiéramos, una manifestación extraordinaria de poder, haciendo justicia. Eso será al fin del mundo.

Ahora, día a día, minuto a minuto, se manifiesta cada vez que alguien, conozca o no la doctrina cristiana, actúa movido por un amor solidario y gratis, que no brota de él, que es una potencia que lo impulsa, respetando siempre su voluntad.

Por esa potencia amorosa, no sólo manifiesta el Reino, sino que al dejarse conducir, es feliz.

“Sólo son felices quienes centran su interés en algo distinto a su propia felicidad” escribió John Stuart Mill, superdotado filósofo inglés.

Yo atestiguo esto. He visto con mis propios ojos personas felicísimas, dedicadas a producir la mayor felicidad posible en otros, sin esperar nada a cambio, movidas por esa misteriosa fuerza del amor solidario.

El mundo sin personas así sería la más clara manifestación del infierno.

¿Quiere usted intentar escuchar esa voz interior de sabiduría? Déjese conducir, tome esta actitud permanente de solidaridad, y verá lo que pasa.

Si uno lo deja otro maneja

Tags relacionados