Seamos tolerantes

Quiero comenzar con una cita bíblica tomada de Marcos 12:30-31: el primer mandamiento es “ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es “ama a tu prójimo como a ti mismo”, no hay otro mandamiento. Voy a referirme al segundo mandamiento, porque el maestro Jesús dijo que no había otro igual. Entonces, para el Maestro era importante que nos amáramos unos a otros, nos respetáramos, que fuéramos tolerantes, capaces de aceptar las decisiones de los otros, aunque no estuviéramos de acuerdo.

Partiendo de este mandato, no puedo aceptar que nosotros, los cristianos no podamos actuar como él lo hizo. No puedo entender cuando un cristiano actúa juzgando, condenando, rechazando, maltratando, avasallando o humillando a alguna persona. No puedo entender que un cristiano rechace a una persona por sus ideas, preferencias sexuales, color de piel, posición económica o simplemente por pertenecer a una iglesia distinta.