Santo Domingo 23°C/23°C clear sky

Suscribete

DOS MINUTOS

Perdón y amor

Avatar del Listín Diario
Luis García DubusSanto Domingo

“¡Esto es un escándalo, padre!” “¡Usted no puede permitir que esto siga sucediendo! ¿Cómo es posible que un bandido como R.T. esté comulgando aquí con frecuencia...?”

La persona que así se expresaba estaba tan nerviosa e incómoda que ni siquiera reparó en mi presencia, mientras se dirigía a un párroco.

“Mire”, dijo el sacerdote en voz baja, “yo no puedo juzgar el interior de una persona así que...”. No sé que más dijo, porque en ese momento me retiré.

Por el camino iba pensando lo lamentable que era que muchas personas “buenas” juzgaran a los demás como “malos”, solo porque creen que ellos se han ganado el amor de Dios y los otros no.

En el evangelio de este domingo, aparece un “bueno” y una “mala”. Simón, un “bueno”, había invitado al Señor a su casa. Cuando estaban comiendo se acercó una mujer y comenzó a lavarle los pies al Señor.

La mujer era una pecadora, y Simón lo sabía. De modo que pensó: - “Este, si fuera profeta, sabría que esa mujer es una pecadora...”

Para Simón, el “bueno”, era inconcebible que el Señor acogiera con cariño a una mujer “mala”. Él no había entendido que Dios es amor y que su amor es incondicional y gratis.

Y ese Dios, el Dios que revela Jesucristo, me da hoy un mensaje claro: que muy por encima de todas mis debilidades, está su amor, su comprensión y su interés por mí.

Que el amor de Dios no hay que merecerlo, ni ganárselo, porque no es un “pago”: es un regalo, es un don, es gratis.

Que el Señor no nos quiere porque seamos “buenos”, sino porque somos “hijos”.

Y, que, por tanto, frente a Dios lo único que vale es saber que uno es imperfecto, y dejarse perdonar.

De este modo el Señor nos preferirá, puesto que fue Él quien dijo:

“No he venido a curar a los sanos, sino a los enfermos”. Hazme percibir tu cariño Señor, no obstante, y a pesar de mis miedos, y de mis insensatas creencias de que tengo que merecérmelo y luego pagártelo.

LA PREGUNTA DE HOY

¿LA MUJER SE GAN” EL PERD”N DE DIOS SOLO PORQUE LE LAV” LOS PIES?

No. Es al revés. No fue ella perdonada porque amaba, sino que amaba porque había sido perdonada.

El amor nuestro a Dios es siempre una respuesta, y, si nosotros no amamos a Dios, es probablemente porque no hemos percibido las muchas veces que él nos ha perdonado comprensiva y amorosamente.

Nada puede uno hacer mientras crea que la salvación se gana por el cumplimiento de la ley; porque “nadie queda rehabilitado por cumplir la ley” (Gálatas 2,21).

La salvación es un don , es la gracia, la gracia es el perdón sin que uno se lo merezca, y ese es el único origen y la única fuente del amor.

“Por eso existe el amor: no porque amáramos nosotros a Dios, sino porque él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo Único para que expiara nuestros pecados” (Juan 10)

“No juzguen y no serán juzgados” (Lucas 6)

Tags relacionados