Centrados en Dios

Cuando logramos mantenernos centrados en Dios, nace en nosotros un potencial ilimitado para vencer cualesquieras circunstancias, por adversas que puedan ser. Estar centrados en Dios nos permite disfrutar de consuelo, sustento y gozo. Nos ayuda a desarrollar herramientas para encontrar paz en medio de la tormenta. Cuando llega cualquier desafío y no tenemos el potencial espiritual para entenderlo, la dificultad podría hacernos creer que estamos perdidos. Al vivir centrados en Dios, descubrimos que nada llega a nuestras vidas para quedarse, sino para darnos algunas lecciones.

Cuando reconocemos que Dios es omnipotente, omnisciente y omnipresente, experimentamos su fortaleza y perseverancia a cada momento y en cada situación en nuestras vidas. Ante tantos desafíos, miedos, temores, dudas, inseguridad, es necesario que tratemos de permanecer centrados en Dios.