El amor de Dios obra en ti

En el Evangelio de hoy (Mc. 5 21-43) Jesús sanó a dos mujeres, la hija de Jairo, el principal de la sinagoga, que estaba agonizando y él le pide que ponga su mano sobre ella, para que quede salva y sana.

Mientras una mujer que tenía doce años padeciendo flujo de sangre pensaba que con solo tocar su manto, quedaba sana. Jesús, conmovido por la inmensa fe que le mostraron en los dos casos, decide sanar a las dos mujeres.

Si reflexionamos sobre esta buena nueva concluimos que lo que sanó a la hija de Jairo y a esta mujer fue su fe, amor a Dios y seguridad de que Jesús es nuestro hermano. Él nos ama tanto, hace siempre las cosas para sanarnos y llenarnos de su Gracia.

Ellas confiaron, esperaron y sintieron su grandeza. Aplicando este mensaje a mi diario vivir, me entrego a la voluntad de Dios, pidiendo al Espíritu Santo que aumente mi fe cada día y entregándole confiadamente todos los momentos de mi vida; que convierta mi debilidad en fortaleza, para enfrentar todas las situaciones que se me presenten.

Al entrar en mi Cursillo de Cristiandad, Dios tenía una sorpresa para mí; hasta ese momento sentía que Cristo estaba conmigo y no necesitaba que yo hiciera ningún cambio en mi vida, no le hacía daño a nadie, cumplía con todo, trataba cada día de ser mejor persona y con eso entendía que era suficiente.

Asumí el propósito de comprometerme con el Señor, capacitarme, crecer espiritualmente y poder ayudar a que otros conozcan a Dios con mi comportamiento, mi accionar y mi fe. En el Cursillo aprendí las herramientas para comunicarme con Él, visitar el Santísimo y cambiar mi vida 360 grados, asumir las dificultades como un hijo de Dios, dejando que obre en mí, en mis decisiones y pido a Jesús que me capacite para ser un digno representante suyo.

Hermanos, para cambiar al mundo, hay que cambiar al hombre, busquen de Dios, entréguenle su corazón. El entra si tú le abres la puerta. Reflexiona, déjate seducir y amar por Jesús. Si le permites entrar, transformará tu vida para siempre. Serás una mejor persona y tu vida estará llena de colores. El Señor es tan grande que te enseña a escucharlo, a sentirlo en el silencio y en todos los momentos de tu vida; te llena de sabiduría para llevar adelante todas las situaciones del diario vivir.