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DOS MINUTOS

Cómo compartir la buena noticia

El niño era un ladrón, y había estado preso varias veces. Pero ahora hizo algo mucho peor: mató a su padre y a su madre. ¿Edad? Ocho años

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Luis García DubusSanto Domingo

El niño era un ladrón, y había estado preso varias veces. Pero ahora hizo algo mucho peor: mató a su padre y a su madre. ¿Edad? Ocho años. ¿Se imagina usted una mentalidad tan violenta como ésta? La policía no sabía qué hacer con él, así que le preguntaron al Padre Flannagan, fundador de la Ciudad de los Muchachos, que si se atrevía a recibirlo. “Claro que sí” respondió éste. Muchos años después, ese niño escribió lo que pasó: “Me acuerdo del día en que viajaba hacia la Ciudad de los Muchachos en un tren, con un policía, y pensaba: me están llevando donde un padre. Si ese hombre me dice que me ama, lo mato”. Llegó. Tocó la puerta, y el padre Flannagan contestó: - “Entre”. El muchacho entró y el padre le preguntó: - “¿Cómo se llama?”, y el muchacho respondió: -“Dave, señor”. -“Bienvenido, Dave, lo estábamos esperando”, dijo el padre Flannagan. “Seguramente querrá usted conocer todo esto, así que dé una vuelta por ahí. Quizás después querrá elegir una ocupación, ya que aquí todo el mundo trabaja para vivir. Pero por ahora descanse un poco. Puede irse. Después nos vemos”. Y el muchacho declaró que esos segundos cambiaron su vida. ¿Sabe usted por qué? Él lo escribió años más tarde: “Por primera vez en mi vida vi los ojos de un hombre que sin usar palabras, me decía, no que me amaba, sino: “Usted es bueno, usted no es malo, usted es bueno”. ¿Cuál era el secreto del padre Flannagan? Muy sencillo: Él transmitía el amor de Dios descubriendo la bondad en la gente. Pero, ¿acaso no es esto lo mismo que hacía Jesucristo? Él vio bondad en personas en quien todo el mundo veía maldad. Una prostituta, un ladrón, un traidor, y hasta en la gente que lo estaba crucificando. En el evangelio de hoy el Señor dice a sus primeros discípulos: “Vayan por todo el mundo y anuncien la buena noticia a toda la humanidad”. Creo que sería mucho mejor transmitir la Buena Noticia con el método de Jesucristo y del padre Flannagan: Creyendo en la gente, descubriendo la bondad en ellos. La buena noticia de la existencia de un Dios que ama incondicionalmente y gratis, sólo puede transmitirse con amor. La madre Teresa de Calcuta ha dicho: “Es preferible un error cometido por amor, que un milagro realizado con dureza”. Así que, si usted y yo nos consideramos cristianos, y deseamos hacer lo que nuestro maestro dijo e hizo, el asunto está en pensar en la gente que nos rodea, y tratar de descubrir en ellos su bondad, es decir, tratar de verlos como Dios los ve. Entonces quizás nuestros ojos podrán empezar a transmitirle: “Usted es bueno, usted no es malo, usted es bueno”. Y les habremos anunciado la buena noticia del amor incondicional de Dios. La pregunta de hoy ¿Cómo puedo ver bondad en una persona mala? Cada persona tiene dos lados. Si usted quiere hacer un experimento conmigo, pasemos esta semana eligiendo ver el lado de la bondad en cada persona con que nos encontremos. “Pertenece a todo creyente ser un foco de amor... Y cada uno lo será según la medida de su unión con Dios”, Juan XXIII

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