Lecciones de vida para crecer

Eso que llamamos vida, ese lapso finito en el cual conocemos por medio del tiempo los límites y la mortalidad misma... está envuelta en tantos misterios, entre ellos el por qué de las lecciones que nos tocan vivir, y es precisamente la muerte quien nos muestra el fondo de esa sabiduría que frecuentemente ignoramos y nos lleva a sobrellevar nuestras existencias muchas veces carentes de contenido metafísico y espiritual. Cuando un ser querido muere, cuando atravesamos por una relación tormentosa, cuando vivimos un doloroso divorcio o separación, cuando vivimos el dolor de un percance económico o una bancarrota, en suma cualquier evento que nos lleve al extremo emocional o espiritual de nuestros propios límites, nace la pregunta: ¿qué he hecho para merecerlo? E intentamos arañar el fondo de nuestras conciencias para encontrar respuestas y lo que encontramos son más preguntas con la agravante de ser más dificultosas y hasta imposibles de responder. Debemos entender que las lecciones vitales de nuestra existencia, eso que “aparentemente” nos destruye no son más que sucesos que debemos superar para crecer. Los temas pueden ser muchos: abusos, abandonos, amores no correspondidos, adicciones, sufrimiento, enfermedades, soledad, dolor, encuentros, desencuentros y un sinfín de situaciones que nos enfrentamos a lo largo del libro de nuestra existencia, y muchos de ellos que se obtienen de forma gratuita y fortuita, el punto es ¿en qué nos han ayudado estos eventos a crecer, a retroceder o hasta empeorar? Aquí lo importante no son los eventos sino si los hemos aprovechado para avanzar o para justificar nuestra propia mediocridad. Con las lecciones probaremos qué tan buenos estudiantes somos en el libro de la vida que nos toca experimentar, o si por el contrario nos seguiremos quejando de lo duro que es para que todos sientan lástima de ti, o conviertes en público aquello que debe mantenerse en el mundo de lo íntimo o cualquierizas ese profundo y poderoso contenido de tu vida volviendo público aquello que debe mantenerse en el silencio de tu espíritu. Aprender es asumir tu parte del todo, es incorporar a tu alma lo que los demás te hicieron para que seas esa persona que debes de llegar a ser, es soltar el rencor y abrir tu alma al bálsamo del perdón, es diluir todo aquello que te hace sentir dolor ya sea en forma de recuerdos, de emociones y de situaciones que se repiten para recordarte constantemente la lección de manera muy puntual; es dejar que tu alma vuelva a su estado de amor, perdonando y perdonándote, abrirte a la liberación de todo aquello negativo que se acumuló como respuesta a las injusticias recibidas y renacer sin cargas y rencores, morir al viejo yo lleno de recuerdos dolorosos y rencorosos, y volver al redil de la vida limpio y renovado. Si te haces consciente de ti mismo los eventos de vida ya no te controlarán más, y desde una perspectiva sana podrás afrontar los misterios de esa apasionada y hermosa vida que debemos experimentar. http://ezequielmendez.blogspot.com/ ezek71@gmail.com