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SENDEROS

Cultivar fl ores en el jardín

Aún siendo un niño mi madre me dijo una vez: “Cuando muera quiero que siempre pongas flores en el jardín. Nunca lo entendí hasta ahora que hace más de cinco años que se fue al destino de toda alma. Poner flores es poner siempre algo bonito en donde quedan recuerdos a veces amargos, a veces heridas, pero en muchas formas hay que intentar poner esas flores aún sea una misión dura y hasta a veces imposible; hay que sacar fuerzas y hacer un jardín imaginario, en donde pondremos flores a todos aquellos recuerdos que nos hacen suspirar, pues la única forma de seguir adelante es aprender a dar amor aún a aquello que nos duele, aprender a dejar ir ese dolor que a veces llega y te infla el alma de nostalgia; aprender a rociar con agua a esas flores para mantenerlas siempre alegres, vivas y contentas.La tristeza es una de las emociones más poderosas que existen porque nos obliga a sentir la carga de su peso, nos vemos impulsados a sentirla casi en todo momento y reflejamos ese estado anímico tan duro y poco amigable hasta cuando nos ven la cara, ella nos ata y nos hace presos de sí misma. Poner flores es cambiar esa tristeza por alegría, saber que todos esos procesos tan dolorosos llegaron por algo, que nos hicieron la persona que somos ahora, que nos dieron las lecciones que necesitábamos aprender, o la calidad humana que tal vez nos hacía falta. Decido ahora transformar esa tristeza en flores metafísicas para colocarlas en el jardín que mi madre mencionaba y siempre las vamos a cuidar para que nos den la vida que tienen y no el dolor que sentimos.Todos tenemos historias que contar, momentos duros que vivir, tragedias que afrontar, secretos que esconder, vidas que liderar, en fin somos la suma de muchísimas cosas que nos hacen complejos, muy difíciles de definir y de entender, hay que cambiar con el sencillo acto de aceptar que vamos a crear esas flores y las vamos a poner en ese jardín que de ahora en adelante será tu santuario, en donde dejarás que el amor sane. Mi madre quería que cuando ya no estuviera yo siempre la recordara con cariño y todo lo bueno que dejó en mí, piensa de la misma forma por dura que haya sido la experiencia.Yo tengo mi jardín y lo cuido, ahí están personas, eventos, situaciones, tragedias, secretos y todo aquello que me ha producido dolor y sufrimiento a lo largo de mis 42 años; he aprendido a agradecerles y a entender que por algo aparecieron, las cosas no aparecen cuando las necesitamos sino cuando estamos listos y ahora estoy listo para darle amor y ternura a ese jardín que mi madre me recomendó hace más de treinta y tantos; deseo que este artículo te ayude a crear el tuyo y pronto aprendas a vivir feliz, bondadoso y en paz. *Dedicado a Rosario del Carmen Osegueda.

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