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SENDEROS

Propósitos para alcanzar a Dios

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Lesbia Gómez SueroSanto Domingo

Como expedicionario en esto se puede connotar a Galileo Galilei, famoso astrónomo, que en investigaciones descubrió que la Tierra se movía -giraba- y sustentó su teoría con cálculos astronómicos-siderales, que para su tiempo le fue de inoportuna aseveración; porque con ello firmó su sentencia de muerte. Otro de no menos relevancia fue el filósofo Sócrates, quien tuvo que apurar la cicuta -veneno- por asegurar que el alma transmigraba, o sea que reencarnaba en diferentes períodos de la existencia. Citamos también aquí al sublime Maestro Jesús, quien además fue pasible de muerte, por la intransigencia del sistema operandi, y por querer implementar una doctrina sencilla, de amor y servicios. En la actualidad hay un adelanto tecnológico y de las ciencias en el mundo. Y visto muy acertadamente, en los viajes interplanetarios en pro de descubrimientos y para usar satélites observadores. Pero, muy lejos de ver en ello a una conciencia directora y homogénea, de donde se proyectan de su Universal Mente todos los universos visibles e invisibles, internos y concretos. Aún en el hombre y en algunos sistemas, se permea la tolerancia, para aceptar que al designársele a Dios con varios nombres, no le vulneran su Esencia Una y Prístina, que se emana como El Todo para integrarse en todos. Existe una relevante disposición a negar que Dios pueda por su Voluntad asumir un cuerpo humano, ya en un Avatar o Mesías para conducir por senderos expeditos a la humanidad a que vuelva de retorno en procesos iniciáticos con una conciencia transformada y con amor desarrollado para el servicio de todos. Muchos otros fomentan discusiones y fuerzan a la guerra por asumir como propia la Verdad; haciéndose por demás, intransigentes para aceptar que las religiones son senderos o caminos por donde transita la conciencia, de acuerdo a su grado en la evolución, y que por tanto, la devoción del servicio sincero que se ofrezca a Dios en el Altar interno, es quien la refrenda. Esto primero, hace lamentablemente una línea divisoria en la Verdad, que como Amor se expresa y argumenta: “que Dios es amor… y el Amor es Dios mismo”. Debe entonces, primar en la conciencia del hombre, que hay propósitos universales e independientes para alcanzar la autorrealización que fomenta valores y principios éticos; como también, que existen leyes que son las que arbitran los actos, por el uso y manejo que dé el hombre al libre albedrío otorgado para los pensamientos, sentimientos y conductas. En fin, que son otras las nomenclaturas que se accionan para que el hombre realice a Dios como única Verdad, más allá de las exigencias doctrinales, seculares y de fe.

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