Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

REFLEXIÓN

Curar heridas

Avatar del Listín Diario
Teresa Valentí Batlle M.C.J.Santo Domingo

“Resucitó mi amor y mi esperanza”. Bella la secuencia que podemos seguir cantando. El paso del Señor ha llenado de Luz nuestras oscuridades. En Juan 20, podemos ver cómo estructura él ese misterio de la resurrección. Ver-creer. Discípulos experimentando la paz y el gozo que les había prometido en el Sermón de la Cena y el don del Espíritu en relación con el poder de perdonar pecados (Jn 1-29-33). El envía, como el Padre envió a Jesús, invita a sus discípulos a recorrer el mismo camino. Sigue dándoles paz. “Dichosos los que creen en Mí sin haber visto”. El creer sin ver, ni tocar, es un signo de fe que se experimenta desde la confianza en la Palabra y el abrazo de misericordia que Dios nos da cuando amamos y perdonamos a cualquier persona que nos haya ofendido. La vida de Jesús fue un testimonio de amor y perdón. Así lo vive hoy nuestro hermano Francisco, obispo de Roma. Desde el inicio de su elección se sintió pecador y mostró preferencia por los pobres. A todos nos llama al compromiso social en la misión evangelizadora de la Iglesia. Sus gestos y palabras nos siguen sorprendiendo. El lenguaje no verbal que, espontáneamente, fluye de su corazón magnánimo, nos grita con su sonrisa pacífica. Quiere que la Iglesia vuelva a lo fundamental del Evangelio. Ternura y misericordia, resuenan en el corazón de muchos. Estamos seguros de que con la gracia del Espíritu nuestra imagen de Iglesia estructurada y esclerosada puede cambiar de rostro. Si entramos en la dinámica que Francisco nos marca, veremos que Dios lo “hace todo nuevo”. El deseo de nuestro Papa no es personalista, ni tampoco individualista, sino la llamada del Espíritu que conduce a su Iglesia por caminos diversos, teniendo en cuenta que “no se pone vino nuevo en odres viejos”. Atento a la realidad social que envuelve en sus redes de consumismo, hace un llamamiento a nuestra lucidez para discernir en qué redes estamos atados. Reflexionando, interiorizando y orando, nuestro corazón descansará más en el de Jesús y la ambición de tener y poseer bajará el listón. El compromiso social para vivir el mensaje del Reino reclama crear conciencia que un ámbito de bienestar fraterno y dignidad, es para todos. Al fin de nuestros días recibiremos un abrazo de misericordia integrador de todos los que hemos dado. Ganar, perder, imponer, agradecer, progreso, favores, estancamiento, son palabras que tienen los ánimos candentes en el club; las elecciones se dificultan cuando los miembros consideran a los candidatos de sus afectos y, aún más, cuando ambos han hecho labores significativas en el pasado. Asmar y Alma han dado un aporte colosal al desarrollo del club. Ojalá sigan surgiendo líderes confiables. Cuando vivimos una grata experiencia, deseamos que se repita, nos apegamos al baúl de los recuerdos, sin contar que ya las situaciones son distintas. La lucha de egos por el poder a veces trae en heridas innecesarias. Es sabio mantener la ecuanimidad y el respeto, trascender los afectos e intereses personales, elegir lo que conviene a todos, ponderar todos los factores, considerando que quien asuma las riendas tendrá sobre sus espaldas la responsabilidad de llevar los destinos del club por senderos de seguridad y de desarrollo. ¡Suerte a todos!

Tags relacionados