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SENDEROS

Cuando se desconoce al Creador

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Lesbia Gómez SueroSanto Domingo

Los grandes maestros espirituales informan que el sentimiento de pena o de lástima es el aspecto inverso (negativo) de compasión; y por tanto, debe suspenderse cualquier asomo de este sentimiento; porque aseguran que causa más aflicción a quien va dirigido. Sin embargo, al observar el comportamiento errático en el hombre no queda más que decir: ¡Pobre hombre o pobre humanidad! Porque de espaldas a las normas que rigen como leyes la vida, se obstinan de forma ordinaria y cruel a dañar todo lo que por amor y principio divino creó Dios como Macrocosmos al que se le integran de manera inteligente las galaxias, los universos con sus sistemas planetarios y sus anillos satelitales. ¿Qué estima el hombre de la función de los mismos para que se empeñe en destruirlos? ¿A quién o quiénes les afecta su existencia y su desempeño en la Creación? Como respuesta a todas las preguntas que se relacionen con esta causa hay una respuesta que las sintetiza todas y es: “Ignorancia”. Por ignorar el hombre que toda la Creación no es más que la estructura visible y funcional de Dios –El Gran Demiurgo-. Por tanto, al destruir o afectar algunas de sus expresiones que se manifiestan en el Cosmos, se le está afectando a uno o cualquiera de los demás miembros del Cuerpo estructurado de Dios. Se infiere como consecuencia de este sentimiento que arropa, que para el hombre es más fácil ignorar y de esta forma exhibir el deterioro de su conciencia, que no es más que la manera de manifestar su egoísmo e irrespeto con los que se gloría para hacer más relevante su ego. El cual presiona al hombre a separarse de los valores humanos y espirituales, los que deben primar como verdadera esencia. Estos valores deberían ser usados únicamente para trabajar en cooperación al Proyecto Universal de Existencias (evolución), siendo el aspecto más importante el crecimiento y desarrollo de la conciencia en los diferentes planos o niveles adecuados a la misma conciencia. (Planos densos, materiales y sutiles). Por cuanto, el hombre tiene que realizar la verdad que subyace en la intimidad de cada conciencia como código de valor; y de esta forma hacer real el conocimiento de que El Todo –Dios- se integra en todos, la manifestación (visible y no visible). Y al descubrirla, comprenderla y asimilarla, entonces validará con devoción y gratitud el inmenso regalo que le otorgó Dios de ser Chispa o célula de esa Gran Estructura Divina, eximiéndose en consecuencia, de no dañarla para no dañarse a sí mismo. Las pruebas que se hacen para explorar lo desconocido a nivel de mundos resuenan con preocupación en el sistema planetario, y en sus dignos representantes, Mentores Siderales, no con pena por los que les causa el hombre, sino con la compasión y misericordia que abarca al planeta y a su humanidad, muy particularmente, por las respuestas de dolor que se puedan recibir por el daño que el hombre por ignorancia le causa a la naturaleza, con extensión a la Creación.

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