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RINCÓN CIUDADANO

El valor de las juntas de vecinos

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Daniel Johnson BenoitSanto Domingo

La municipalidad debería tomar muy en cuenta el papel que juegan las juntas de vecinos para los municipios y distritos municipales, así como en la participación comunitaria con el acompañamiento de las alcaldías.

En efecto, las juntas de vecinos constituyen la primera escuela de democracia al interior de los barrios, repartos, urbanizaciones y sectores territoriales que cohabitan y demandan servicios a los cabildos y al Gobierno central.

Es una lástima que se advierta cierto deterioro en estas pequeñas agrupaciones comunitarias, a veces fruto de intereses mal manejados; sin embargo, en la generalidad de los casos, estas células sociales han logrado beneficios colectivos importantes para sus barriadas.

Muchas juntas de vecinos organizadas y bien lideradas han conquistado sus áreas verdes y de recreación; reparación de calles, aceras y contenes, adecentaron el entorno, incrementaron la seguridad ciudadana y, en el mejor de los casos, mantienen en el vecindario la convivencia pacífica y armoniosa.

Las autoridades municipales deberían agrupar y estimular a las juntas de vecinos para concretizar planes de desarrollo comunitario. Incluso, se podría generar nuevos empleos a favor de vecinos desempleados, así también programas de capacitación para mujeres y jóvenes de modo que puedan articular medios de producción.

Si resulta válido el registro de 455 juntas de vecinos por parte de la Alcaldía del Distrito Nacional, en las circunscripciones 1, 2,3; entonces esa corporación edilicia cuenta con una impresionante fuerza social capaz de impulsar un desarrollo comunitario sostenible.

De hecho, son las juntas de vecinos las que a menudo exigen con mayor contundencia las soluciones de problemas que afectan a los barrios. Sin dejar de lado el acierto que supone mantener la unidad del vecindario en propósitos de luchar por mejores condiciones de vida.

Aún más, en un mundo tan complicado y tan materialista como el actual, las juntas de vecinos pueden ser espacios para conversaciones apacibles, oportuna solidaridad, amor al prójimo, buena vecindad y mejor protección.

Lo cierto es que los ayuntamientos sumarían bastante si enfocan parte de su labor a fortalecer las juntas de vecinos. Tener voluntad para organizarlas, estimularlas y así relanzar un activo social importante con miras a la participación de los cabildos abiertos.

Por tanto, exhortamos a valorar estas entidades comunitarias al interior de la vecindad.

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