Perdonar y exonerar

Estas dos palabras pueden parecerse mucho. Tomemos a Dios, Dios perdona inmensamente con su misericordia, pero no exonera; Dios perdona tus pecados, pero no te exonera de que tengas que arrepentirte; Dios no te exonera de que tengas que reparar los daños que hicieran tus pecados, Él te perdona, pero no te exonera, se exoneran cosas materiales, riquezas, eso se exonera, pero no se exonera cómo se ha producido. Por eso hemos de separar el perdón de exonerar, tú perdonas a tus hijos, pero no los exonera de que tengan que corregirse, de que no vuelvan a repetir sus errores, tú los exonera de que tengan que reparar los platos que han roto.

Por eso, en la misma educación, yo te perdono hijo mío, pero no te exonero, yo te perdono de que no hayas sacado buenas notas, pero no te exonero de que tengas que seguir estudiando y no vuelvas a sacar buenas notas.

Aprendamos a exonerar lo que se puede exonerar y a perdonar cualquier falta en el mundo, cualquier falta que se haya tenido, pero repito, no podemos permitir que se exonere todo, como se exoneran algunos impuestos.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos