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REFLEXIONES DEL DIRECTOR

A la grupa de los cambios

Hace unos días, el Listin Diario entró en cadencia con los cambios que conducen a la convergencia de sus plataformas impresa y digital, para crear así un modelo de trabajo que fusione las prácticas y lenguajes de ambas en la dirección de alcanzar un mayor nivel de lectoria, local y global.

Al haber alcanzado una audiencia de más de 5 millones de click de entrada a su sitio web mensualmente y afianzar el posicionamiento que tiene su producto impreso, el Listín Diario consigue a través de esta fusión una mayor confluencia de nuestros lectores a las dos plataformas, la impresa y la digital.

Al Listín le gusta andar a la grupa de los cambios y las innovaciones y por eso no hemos escatimado ningun esfuerzo para aprovechar las formidables ventajas que nos brinda la tecnología moderna con el fin de ampliar nuestras audiencias, sin menoscabo de la profundidad, la credibilidad y la confianza impregnadas en nuestros contenidos.

Nuestros lectores podrán apreciar desde hoy una mayor convergencia entre la versión impresa y la digital, podrán visualizar las páginas del impreso en el sitio digital, con mayor acceso a la publicidad y los mensajes de interés de los sectores público y privado, y podrán interactuar más fácilmente desde el internet a la plataforma impresa para sus necesidades informativas.

Podemos decir que, al dar este paso, el Listín Diario y el Listín Digital quedan ensamblados, como moléculas de un mismo átomo, en lo que familiarmente conocemos como el ecosistema de la comunicación moderna. Ahora solo somos uno: Listín Diario, con todas sus fortalezas concentradas.

Sentimos que estamos viviendo un momento interesantísimo en la adaptación de todas las plataformas existentes y en asumir los retos que esta convergencia plantea a la hora de descubrir y dar respuestas a las nuevas audiencias que se van creando.

Eso es lo que nos obliga a reinventar el modelo de periodismo que ella demanda y a lograr un mejor aprovechamiento de las redes sociales, donde los usuarios se cuentan por millones.

Ahora las noticias se difunden primero en la internet y otros medios audiovisuales, mientras los periódicos escritos, sin dejar de publicarlas, las completan o las contextualizan cuando ya prácticamente todo el mundo las conoce.

Apostamos al periodismo llamado del “día después”, con investigaciones, análisis, artículos de fondo y cuidando la precisión y la rigurosidad en el manejo de los datos que la inmediatez ha dejado fluir a través de las redes sociales más conocidas globalmente. En lugar de cubrir, descubrimos la noticia.

Algo que influye en este cambio es el fenómeno de la masificación telefónica, que ha contribuido a dar velocidad y afianzamiento al proceso que en todo el ámbito periodístico se conoce como el de la convergencia multimedia, es decir, la integración de las plataformas de periódicos escritos y online, con sus herramientas para la trasmisión radial y televisiva, en las que combinan estilos, lenguajes y formatos totalmente diferentes que han dado una nueva dimensión al periodismo de hoy, lo que de por si constituye su reto mas relevante de este tiempo.

Los teléfonos están imbricados en estas plataformas y a través de ellos podemos recibir noticias en texto, videos, fotos, juegos, imágenes en vivo de la televisión, música, trasmisiones radiales, gracias a esta versatilidad.

El teléfono es el multimedio de este tiempo y sobre su eje van a girar los demás, procurando una más eficaz y rentable convergencia.

Esta revolución de la navegación inalámbrica, del Wifi ha estado favoreciendo en gran medida a los periódicos impresos que distribuyen sus contenidos a través del teléfono, llegando de ese modo a un público mayor que no tiene la oportunidad, por razones demográficas o de costos, de adquirir los ejemplares impresos.

El modelo que conocimos a lo largo de los siglos 19 y 20 ha ido dando paso al llamado periodismo 3.0, o del siglo 21, en cuyo contexto los diarios ya no son los que monopolizan la información, ni son los únicos que la brindan, ni tienen formas de competir en rangos aceptables de rentabilidad con los nuevos medios electrónicos.

Con la difusión de noticias en millares de sitios digitales o blogs y redes sociales, la información ya no parece ser un producto comercial, algo que vende, sino un manantial de datos, fotos y videos a la disposición del público, y de ahí que los diarios estén procurando fórmulas para encontrar un mejor atajo a sus expectativas de rentabilidad, integrando estos canales en una convergencia multimediática.

Esta situación se refleja dramáticamente en el tránsito de periódicos impresos de larga historia a periódicos digitales o en el cierre de diarios que no soportan las presiones de sus accionistas por mayores utilidades en un momento en que la publicidad se redistribuye y reenfoca sus “targets”.

Más allá de estas recomposiciones, el reto mayor de los diarios es explotar las preferencias de los grupos de consumidores de información, especialmente los jóvenes, para especializar sus ediciones o sus contenidos, buscando nuevos nichos en el mercado.

Lo útil seguirá siendo la información de calidad, la exclusividad, la profundidad de la crónica, que no se logra en los medios digitales, porque en estos últimos la prioridad es la velocidad en dar la información, es estar en la corriente del reloj.

Por eso nos enrolamos en la corriente del llamado “diario del día después”, es decir, aquel que aprovecha lo sustancial del aluvión de datos que circula por los canales electrónicos, de forma que el periódico puede ayudarse a mantener como cabeza o soporte de la información creíble, del cual dependan los demás medios.

En definitiva, el mayor provecho de todos estos cambios lo recibe la democracia, que se nutre del amplio espacio de libertad que este modelo de comunicación planetaria ha promovido para la socialización eficaz y enriquecedora de todos los seres humanos.

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