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El Color del Amor

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FIOR D’ALIZA DE VALDEZSanto Domingo

“Lleno mis días con colores y letras, dejo aflorar mis ideas y mis recuerdos que se nutren unos de otros y me expreso”. Fernando Peña Defilló.

Al transitar nuestra existencia, nos damos cuenta qué importancia tiene el color en nuestras vidas. Cada paso en la cotidianidad va marcado por un color específico. En esta isla estamos rodeados de un rico colorido propio del trópico, el cual incide directamente en nuestro estado de ánimo y forma de ser.

En mi papel de madre, también el color ha sido fundamental, cada etapa de crecimiento de mi hijo ha estado signada por los colores. Matices que denotan los diversos instantes de una vida fecunda y admirable.

Uno de esos colores trascendentes es el que refleja el amor, con esa fuerza para entregar tus sentimientos de manera incondicional.

Sobre todo ese amor maternal, que solo puede captarse entre una madre y un hijo.

Así como, a esa gran figura de las artes plásticas de nuestro país Orlando Menicucci, se le ocurrió en una ocasión, pintar “La iridiscencia blanquesina de un día de verano”, esta mañana al ver sobre mi mesa el hermoso libro “República del Color”, me he dejado llevar por el impulso de mi corazón, el cual me dice: Coge un papel y escribe o pinta lo que sientes, antes de que las ideas se desvanezcan y aprovecha esa luz fulgurante e invisible que ilumina tu corazón.

Uno de los proyectos que más ha marcado mi existencia, que me ha permitido sentir el orgullo de trabajar junto a mi hijo Héctor Manuel, ha sido el hermoso documental llamado “República del Color” y que siempre permanecerán como un legado en la cultura de nuestro país, ha sido precisamente una producción cinematográfica, que ha hurgado en el concepto del color en todas sus dimensiones: el matiz, la luminosidad y la intensidad. Esta hermosa obra cinematográfica que ha trascendido más allá de lo imaginable es “República del Color”, que cuenta la historia del desarrollo de las artes visuales de nuestro país a través del prisma de la luz y, por ende, el color percibido en nuestra tierra dominicana y todo el Caribe.

Este documental “República del color” dirigido por mi hijo Héctor Manuel Valdez, con el guión magistral de doña Chiqui Vicioso, la producción de Héctor Montás y la belleza fotográfica del lente de Frankie Báez, ha sido un gran esfuerzo que con ejercicios plenos de amor y solidaridad hemos puesto alma, corazón y vida.

Esa búsqueda del color, ha removido las propias raíces de nuestra esencia pictórica y se han unido dos continentes (Europa y América) tras las huellas del pincel.

Con este largometraje, a través de la incidencia del color y la luz en nuestros artistas, se ha querido hacer un aporte a la historia de las artes plásticas dominicanas.

Es importante destacar, que para la realización del mismo hemos contado con la magistral colaboración, a través de interesantes coloquios, de personalidades y coleccionistas reconocidos por sus aportes y críticas al desarrollo del arte, tales como: † Fernando Peña Defilló, † José Rincón Mora, José Cestero (Premio Nacional de Artes Visuales 2015), Jorge Severino, Alonso Cuevas, Manuel Montilla, Delia Blanco, Antonio Caro, Rosalía Gómez de Caro, Marianne de de Tolentino, Myrna Guerrero, José Miura, Orlando Menicucci, Rafi Vásquez, Inés Tolentino, Fernando Casasnova, José García Cordero, Gustavo Luis Moré, Radamés Mejía, entre otros.

Como parte integral de este documental se ha preparado un interesante libro, cuyo contenido fue desarrollado por el talentoso intelectual don Danilo de los Santos con la coordinación general de la Sra. Mariloly de Severino.

La magia del cine llevada a las páginas de una obra que complementa y trasciende.

En la investigación, se logró abarcar desde los inicios de la República, hasta la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes en la década de los años 60. Un interesante viaje en el tiempo que nos transporta desde las obras de Theodore Chasseriau, quien fue una figura del Romanticismo en Francia, no obstante haber nacido en El Limón, Samaná; y los primeros autodidactas y maestros de la época, como Luis Desangles y Abelardo Rodríguez Urdaneta.

Así mismo se comentan algunas de las obras de Jaime Colson (1901-1975), maestro dominicano de la pintura caribeña.

Podemos percibir las huellas plasmadas desde la llegada de los artistas exiliados que vinieron al país durante la dictadura de Trujillo, huyéndole al régimen dictatorial de Franco en España y a la Segunda Guerra Mundial. Artistas como Vela Zanetti, Granell y Gausachs, que fueron quienes trajeron escuelas nuevas de pensamiento europeo moderno a la isla y se destacaron en nuestro país a raíz de encontrarse con un nuevo color, paisajes y cultura.

Como bien expresa Pedro Delgado Malagón: “El hallazgo de la luz en los pintores dominicanos significó una renuncia al ajeno y distante paraíso del Romanticismo pictórico europeo.

Una dimisión que, a la vez, encarnaba un desafío, la vecindad de un abismo. Colmar la paleta de temblores amarillos y verdes y rojos, de sonoridades de azul rotundo y de evanescencias de azul etéreo, representaba en aquellos días iniciáticos una mordida al fruto del árbol del bien y del mal”; el periódico El Caribe #223 Dos Viñetas, 8 de Abril. Eso precisamente, lo pudo captar Héctor Manuel a través de su lente, en esa aventura fascinante y satisfactoria, repleto de una confiada ilusión.

En “República del Color” el amor trasciende sus fronteras, dando un colorido especial a las imágenes, páginas y letras que convergen en la búsqueda de la más importante contribución a la cinematográfica y bibliografía de la plástica dominicana.

En la búsqueda de ese “Color del Amor” lo encontramos cuando en el corazón aflora el sentimiento más sublime que da sentido a la vida, el cual parece iluminar el espacio que te rodea con todos los colores que conforman un arcoíris, que lleva por nombre: Amor.

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