PANCARTA
La Marcha Verde
El gobierno luce “vuelto loco y sin idea” ante el avance de la Marcha Verde, que el domingo en Azua levantó bien alto la bandera contra la corrupción y la impunidad.
Para el 19 de mayo, el gobierno de Danilo Medina estaba comprometido a publicar los nombres de todos los sobornados por Odebrecht en su borrachera de corrupción con los gobiernos morados.
En la inminencia de la marcha sureña, con palabras textuales y descaro de carnaval, la Procuraduría contradijo sus promesas y no entregó los prometidos nombres ni los copiosos datos envueltos en los escándalos.
El nerviosismo puso al gobierno a dar palos a ciegas, incluyendo el grave espectáculo frente a la Procuraduría con todo tipo de atropellos y violaciones a la Constitución.
Vísperas de la Marcha Verde en Azua, emergió la autorizada voz de monseñor Antonio Camilo advirtiendo al oficialismo no atropellar a los manifestantes con tiros, gases lacrimógenos ni poniendo bombas en sus vehículos para levantar falsos expedientes. El oficialismo entró en pánico por el éxito de la Marcha Verde en Azua, de ahí el atentado contra uno de sus organizadores y voceros: Hero Pérez.
La crisis de nervios empeora con el paso de las horas ante el avance de lo que viene, desconocido en su profundidad por la propia cúpula oficialista, que ignora también su derrotero. Ahora apenas comienza el colador de nombres de ignoradas fuentes reales. Esto acarrea listas divulgadas bajo sospechas de credibilidad, y apunta más bien a un nuevo “mareo” de distracción.
Se impone entonces exigir masivamente que Odebrecht revele los nombres que está obligada a publicar con sus respectivos entornos y detalles. El gobierno es responsable de la confusión creciente, siendo culpable de las consecuencias que provoque su mayúscula irresponsabilidad al incumplir con sus deberes.
Mientras tanto, la Marcha Verde debe intensificar su agenda de movilizaciones, sin hacer caso a las provocaciones policiales.
Se aproxima la marcha programada en San Pedro de Macorís, mientras se barajan nuevos escenarios. Está llegando la hora.