TESTIGO DEL TIEMPO

Tenemos muchos ejemplos excepcionales

Nueva York.- Toda familia tiene su cuota de ovejas negras; y las naciones, como grandes familias, tienen sus grandes cuotas.

Durante los años 80 y a principios de los 90, los chicos malos dominicanos se hicieron famosos en el negocio de las drogas ilegales en esta gran ciudad.

Nuestros estupendos peloteros rescataron la imágen internacional dominicana, pero un día reventó el escándalo de los esteroides. Ahí también estallaron dos grandes: Sammy Sosa y Miguel Tejeda.

Pedro Martínez rescató la autoestima nacional al ser ingresado al Salón de la Fama.

Con altas y bajas, tenemos una constante. Los diarios parecen repetir exactamente la misma historia; sólo cambian fecha, número y nombres, pero el titular parece siempre el mismo.

“Llegan (número) deportados de EEUU”.

Y los recién llegados son únicos delincuentes del país, porque antes de ellos llegar no teníamos ningún problema de delincuencia. Con los primeros lugares mundiales en corrupción e impunidad y los últimos en educación, ascendimos a la delincuencia al más alto nivel.

Al escándalo internacional de ODEBRECHT, sobrevaluación, soborno y financiamientos ilegales de campaña se sumaron nuevos.

El médico dominicano Salomón Melgen fue encontrado culpable de 67 cargos de fraude contra el Gobierno Federal por más de $105 millones en Florida; en septiembre responderá a cargos de soborno en New Jersey. A sus 62 años, Melgen enfrenta entre 20 y 50 años de prisión. Quizá salga vivo de la cárcel si hunde a su “amigo”, el senador Robert -Bob- Menéndez.

Nuestro embajador alterno ante la ONU, Francis Lorenzo, se declaró culpable de recibir sobornos y de sobornar a nombre de un magnate chino, contra quien ahora testificará.

Cuando brillen nuestras ovejas negras, como ahora, recordemos a Junot Díaz, Zoé Saldaña, Marcos Díaz, Félix Sánchez, Michael Camino, Tom Pérez. Tenemos muchas estrellas brillantes.

No todo es oscuridad. Afortunadamente, tenemos muchos ejemplos excepcionales.

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