Confiemos en su optimismo

Luego ser el tercer gobernante reelecto en nuestra era postrujillo, el presidente Danilo Medina pasa a iniciar su segundo período, miembro del PLD, la organizacion política más importante en los últimos cincuenta años; no obstante la ácida crítica por la enorme concentración de poderes que aglutina desde el año 2006, fue juramentado ante la Asamblea Nacional cuando la Patria conmemora el 153 Aniversario de la Restauración.

En medio de grandes expectativas el jefe de Estado delineó ante la Asamblea y frente al país los proyectos que le dará prioridades para el cuatrienio apuntalando una ampliación del “Estado asistencial”, cual será muy difícil sino desmontar al “Estado clientelar”, por la carga de endeudamiento que ya existe, no es posible continuar tomando prestado para cubrir “gastos corrientes del Estado”. Además, existe el riesgo de que el Estado actual colapse y se produzca una crisis de deuda externa que nos imponga grandes ajustes fiscales.

Muy usual como siempre las promesas del presidente Medina generan grandes expectativas de optimismo cargadas de altas y fuerte dosis de cambios esperanzadores. Pero la administración pública no puede seguir siendo el panal de enriquecimiento de muchos activistas políticos, para fomentar la corrupción.

Aunque el PLD haya obtenido por primera vez en las elecciones más del 50% de los votos a nivel presidencial, existe un gran cansancio con el peledeísmo.

Algunos líderes nacen con suerte, otros la buscan, y otros como usted señor Presidente, se encuentra con ella. Si al final de su mandato logramos haber resuelto los asuntos fundamentales que usted le ha enunciado al país, no hay duda de que su último período será una revolución que la historia lo tendrá como un antes y un después. Confiemos en su optimismo.