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ORLANDO DICE

La situación de los partidos

SIN RELEVO, LA ANTORCHA CAE.- Los partidos políticos, todos, tienen que abocarse al reconocimiento de su situación, y no solo en cuanto a su último desempeño electoral, sino al proceso anterior: la selección de candidatos inadecuados, las alianzas al vapor y sin vapor, el otorgamiento gracioso de candidaturas, el transfuguismo aleve y artero, y la propia reacción a los resultados.

Se habla de la dictadura de partido, o del partido único, pero nada se hace para remediar la circunstancia, que no sea denunciar su inminencia o su ya real existencia.

Lo que sea que deba hacerse, tiene que ser rápido, y no esperar al 2044, cuando un PLD cansado de gobernar, abandonará el Palacio Nacional, y lo dejará como un pasto de hojas secas, sin utilidad propia ni para nadie.

Las agrupaciones políticas, las grandes y las pequeñas, necesitan de verdaderos dirigentes y no los malos declamadores de estos días, sin aciertos y con errores a montones.

Nunca un panorama político fue tan deprimente.

Publiqué un libro con el sugerente título “Ahora que los dioses duermen”, y lo grave no es que los que fueron grandes en el Olimpo se entregaran al sueño, sino que los ángeles del relevo no acaben de despertar…

NI VISITA NI SORPRESA: UN PALO.- Los partidos políticos de oposición todavía no empiezan a lamerse las heridas de las pasadas elecciones, cuando ya el gobierno pone en agenda y sobre el tapete una nueva reforma, que envuelta en papel de celofán y con moña parece un regalo y que tiene un nombre tan bonito como para comprarla en un Viernes Negro adelantado: Pacto Fiscal. El entendido, sin embargo, parece darse entre empresarios y funcionarios, y en ausencia de verdaderos representantes de la población. El gobierno, aunque no quiera (y quiere), halará para su lado, y su lado implica mayores ingresos. Los empresarios tampoco serán neutrales, y como en todo negocio, pondrán sus intereses o sus ganancias por encima de cualquier otra consideración. La oposición, por tanto, se quedará oliendo dónde guisan. No acudiría a una convocatoria y en las cámaras no tiene fuerza suficiente para resistir lo que será, sin dudas, un palo avisado. No será solo el dolor de la derrota, sino la impotencia de ver como una sola golondrina hace verano. Además del cansancio de alegar en el desierto…

MARCAR EL MEDIODÍA.- El PRM no hará la oposición debida, pues no puede ni con su propia alma, y tomar las calles en las actuales circunstancias sería toda una locura, y una locura inútil, más propia de un bolero que de política. No hay que ser muy sabio, aunque si prudente, para darse cuenta de que por ahí no le va a entrar el agua al coco. Aconsejé con tiempo que Luis Abinader tenía que jugar, ahora, sus cartas con más inteligencia emocional. Más psicología y menos ira.

Perder unas elecciones nunca será un hecho irremediable.

Lo malo, o lo grave, es no saber asimilar la situación o no mover la rueda que justo marque el mediodía. Ni la mañana ni la tarde: el mediodía. Lo correcto, insisto, era reconocer el triunfo de Danilo Medina, por cortesía o por nobleza, pues abundaban las razones. Y hacerlo yendo al Palacio Nacional, como hicieron los empresarios, incluso con el mismo sentido utilitario. Económico, ellos, político, él. Aunque pueda pensarse lo contrario.

Ser jugador no basta, hay que estar en la cancha…

SUERTE ¿ENDIABLADA O ENVIDIABLE?.- Ir al Palacio Nacional, felicitar al candidato ganador Danilo Medina y expresar de manera directa, personal y de viva voz sus preocupaciones, era entrar en la cancha.

Incluso sin importar si era Stephen Curry o Lebron James, pues para los fines de la coyuntura política daba igual Warriors que Cavaliers. Abinader pudo haber logrado con Medina lo que no con el electorado: ser parte de las decisiones. El Pacto Fiscal va a todo dar, y el gobierno disimula muy bien sus intenciones y sus intereses.

Lo dicen sus voceros, lo sustenta la propaganda oficial: es una demanda de los empresarios, un clamor de la población y todo será beneficio para el ciudadano de a pie, pues no se crearán nuevos impuestos ni se subirán los existentes. Más justo de ahí, ni Dios. El gobierno va ganando la guerra sin disparar un tiro, y como se trata de una guerra avisada, tampoco morirán soldados. Como escribía Rafael Chaljud en días recientes, el presidente Medina es un político con suerte, y lo será más si otros le hacen el trabajo. El Pacto Fiscal es una muestra…

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