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FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO

Maternidad de calidad

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Juan Linares, SdbSanto Domingo

Hemos celebrado el Día de las Madres. Un día en el que solemos hacer homenajes a nuestras madres, como expresión de cariño y gratitud por los favores recibidos de este ser tan especial en nuestras vidas.

La maternidad es un don maravilloso de Dios que necesita ser valorado y fortalecido en nuestra sociedad actual. Ser madre hoy en día, no es tarea fácil. Los cambios producidos en la sociedad y las corrientes contrarias a la familia, generan numerosos problemas y dificultades en el ejercicio de la misión de la madre.

El fin más importante de la maternidad es el de dar vida, pues, precisamente, la maternidad ha sido creada para ser fuente de vida. Consecuentemente, hemos de manifestar que es un deber el que la maternidad sea siempre de calidad, pues su finalidad es crear vida como un don maravilloso que Dios nos ha concedido.

La naturaleza ha capacitado a la mujer para la maternidad, pero ese hecho no indica que sepa ser madre, sino que puede llegar a ser madre. Llegar a ser madre es una tarea.

Es en este sentido que podemos hablar de que la maternidad requiere una sagrada responsabilidad. Para llegar a ser una madre responsable, antes se debe ser plenamente mujer, pues sobre esta plataforma se fundamentará su maternidad.

De la misma manera, el acto físico de tener un hijo no es suficiente para ser una auténtica madre, pues la maternidad responsable exige un estado de armonía interior y un ejercicio de una sublime misión, la de engendrar en el tiempo un ser humano de calidad, dentro de un contexto que es indispensable para ello, que llamamos familia.

Consecuentemente, la maternidad responsable comienza y se ejerce en su punto correcto cuando se produce en unión a la paternidad responsable dentro de una familia saludable.

El ejercicio de una maternidad responsable es el punto de partida para evitar una serie de problemas de nuestra sociedad, como el aborto, la niñez en abandono, el trabajo infantil, las muertes prematuras, la drogadicción, la violencia familiar, etc. La carencia parcial o total de maternidad para una persona en formación trae lamentables consecuencias.

El ejercicio de una maternidad responsable es fuente de una serie de riquezas enormes como el que todo niño/a experimente que su vida es deseada, sea formado en la fe y en las buenas costumbres, reciba una educación integral, se le ofrezca un clima de familia rico en valores, contribuyendo a crear, de esta manera, la tan deseada “civilización del amor”.

Si miramos la maternidad con una mirada de fe, descubrimos que es una vocación. Dios regala a la mujer el don de ser fecunda, con capacidad de dar vida y de transmitir el amor. Aquí está la grandeza de la maternidad.

La maternidad no se puede vivir en forma pagana. La maternidad cristiana es la donación de tu vida a otro ser, pues Dios te ha hecho co-creadora con Él.

Por eso, la maternidad es fuente de una inmensa alegría.

Para comunicarse con el autos

jlinares@donboscofs.org

Para comunicarse con el autor

sdvsdvdsv@yahoo.es

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