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Testimonio ante el país

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Vinicio A. Castillo SemánSanto Domingo

El domingo 22 de mayo me encontraba en la sede de la Junta Electoral del Distrito Nacional junto a más de 15 delegados que tenía acreditados la Fuerza Nacional Progresista para el proceso de examinar más de 15,000 boletas C declaradas nulas por los colegios electorales en las votaciones del 15 de mayo en el Distrito Nacional.

Ese día, después de una semana de las elecciones, el presidente de la JEDN informó, tras haber dado boletines congresionales con toda normalidad y haber proclamado a Reinaldo Pared como virtual ganador de la senaduría del Distrito, que el 32.88% de todas las Actas C1, relativas al voto preferencial, no fueron llenadas en los colegios, y por lo tanto, esos votos no habían sido contados nunca.

La pregunta lógica y natural que nos surgió a todos los candidatos y delegados de la oposición fue: ¿cómo es posible que conociendo esta realidad desde la noche del 15 de mayo, la JEDN ofreciera cómputo senatorial durante toda la semana recién transcurrida? ¿No sabía la JEDN que los votos de los candidatos a diputados, Acta C1, se le suman de forma automática a los senadores? Es obvio que no podía haber cómputo senatorial creíble si no se habían contado un tercio de los votos congresionales relativos a la votación de los diputados, que debían ser consignados luego de ser sumados a los senadores en el Acta C1 para diputados.

La JEDN ordenó mediante resolución abrir mesas en su propia sede para supuestamente “revisar” la Boleta C y llenar por primera vez la C1, tratando de ocultar la realidad de que no se trataba de una revisión de boletas, sino de un conteo por primera vez de los votos preferenciales, sustituyendo la función reservada por la Ley Electoral exclusivamente a los 674 colegios electorales, que técnicamente incurrieron en un grave delito al desertar de su obligación de llenar las Actas C1, imprescindible para el cómputo de la Boleta C.

La JEDN nos informó que todos los partidos tendrían delegados que iban a “revisar” las Boletas C y hacer sus reparos, información que en medio de la ilegalidad nos dio cierta tranquilidad se haría un trabajo serio y honesto que podría ser, incluso, observado por organizaciones de la sociedad civil.

Grande fue nuestra sorpresa cuando al aperturarse las mesas de trabajo en la sede de la JEDN, nuestros delegados y los de todos los representantes de la oposición observaron que las valijas llegaban abiertas y que, de manera descarada y en presencia de todos, se extraían Boletas C, nuevas, sin doblar, y todavía con olor a tinta fresca, marcadas en favor de los candidatos del PLD, prueba de lo cual hemos exhibido videos en las redes sociales.

Cuando nuestros delegados y todos los de la oposición reclamaron o intentaron hacer reparos e impugnaciones en virtud de que se trataba de un primer conteo de votos, la respuesta fue draconiana: “No se puede, y el que proteste va para afuera con la guardia”.

Fue en esa circunstancia de extrema indefensión, que el domingo en la noche todos los candidatos a senadores de la oposición decidimos que si nuestros delegados no tenían derecho alguno a reclamar o a hacer constar en acta un atropello tan abierto y descarado, no debían permanecer convalidando una ignominia electoral que no tiene precedente alguno en la historia de la República Dominicana.

Es total y absolutamente falsa la versión de la JEDN de que abrió 674 valijas en presencia de los delegados de la oposición. Cuando leí en la prensa tan descarada versión, comprendí la triste realidad de que la institución electoral estaba comprometida en el desastre ocurrido en el Distrito Nacional el 15 de mayo. Se perdió el arbitraje electoral y la credibilidad del proceso, y con ello, cualquier posibilidad de transparencia en los resultados del proceso electoral.

En lo personal, me hubiera gustado felicitar a Reinaldo Pared, pero después de lo que viví en carne propia en la Junta Electoral del Distrito Nacional, comprendí que hacerlo me haría cómplice del draconiano atropello y la burla de la voluntad popular expresada en urnas en el Distrito Nacional.

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