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ORLANDO DICE

David Collado es ahora la joya de la corona

IGUAL IGUAL.- La oposición se comporta con los resultados finales de las elecciones como con las encuestas a lo largo de la pasada campaña. Entonces tomaba y dejaba. Ahora por igual toma y deja. Los altos porcentajes a favor del candidato oficial los dejaba de lado, pero asumía los números, también altos, que se referían a la corrupción, la inseguridad, los altos precios, el desempleo. Esto es, los por cientos que ponían en cuestión la administración de Danilo Medina y el PLD. Eran parte de un todo, pero ese todo se resolvía en parte. Ahora ocurre lo mismo. El presidente Medina “se impuso”, pero no así los aspirantes a puestos menores que corrían en la boleta opositora. Estos ganaron en buena lid. David Collado, por ejemplo, que es la joya de la corona. Sin embargo, con la comparecencia de Luis Abinader ayer al mediodía se termina el evento. No importan las palabras que usara, ni lo que se entreviera o se pudiera interpretar. Ese discurso con mal sabor en la boca cierra el ciclo electoral, y sea lo que ocurra a partir de ahora, será juego nuevo con peloteros viejos...

CORTAS VACACIONES.- No sé si Luis Abinader lo tiene previsto, o lo anunció, pero ahora le toca un viaje de descanso, unas cortas vacaciones en el exterior, y si con la familia, mejor. Ese es el protocolo al uso, y al candidato opositor le conviene poner distancia, pues si fuerte fue la presión de la campaña, más lo será la de la derrota. La oposición al gobierno, si está decidido a hacerla, no tiene que empezar de una vez. Será un mandato nuevo, y aunque sea la misma carreta, no hay duda de que sus ejes serán engrasados. Además de que hay puntos que aclarar. Abinader quiso el martes que el Presidente oyera a los que no votaron por él, pero el candidato ganador se le había adelantado el lunes: “Öextiendo mis manos a mis adversarios de esta campaña electoral, con todo el respeto que se merecen, porque ellos representan una parte importante de la sociedad dominicanaÖ ”. El espacio por tanto queda abierto, y más que auspicioso, pues si uno quiere que lo oigan y el otro, además del oído, alarga la mano, el abrazo se producirá en toda regla...

NADA NUEVO.- No tiene por qué soñar Pilarín, pero siempre se puede corregir lo impropio y hacer lo correcto. Por ejemplo, Luis Abinader no reconoció de manera formal su derrota y mucho menos felicitó al candidato ganador. Nada del otro mundo, la reiteración de una conducta política, y si no molesta la moda, tampoco la tradición. Sin embargo, fuera bueno para el país, e incluso para su estrategia personal de poder, tener acercamiento con el presidente Danilo Medina. Le conviene más la comunicación por vías adecuadas, y con el respeto debido, que la confrontación abierta. Ese 62 por ciento de la última elección significa mucho, y no basta con denunciar al régimen como una dictadura de partido, pues esa mantra tuvo ocasión en el reinado de Leonel Fernández y nada cambió. La actual situación lo confirma, de cabo a rabo, y si no se puede desmontar en derecho, sí en hecho. Ese 62% da mayoría en el Congreso Nacional, en ambas cámaras, y hegemonía en el Consejo Nacional de la Magistratura y predominio en las altas cortes...

GOBERNABILIDAD.- El presidente Danilo Medina lo tendrá todo, y no como ahora de manera nominal, sino con su sello personal. Si no se sienta a la mesa, si no toma su plato y su cucharita para probar el bizcocho del poder, que repita hasta el cansancio el primer spot de la pasada campaña electoral. El de los glotones Medina y Miguel Vargas comiéndose el pastel de la República. Ahora sería de los poderes públicos, acreditados y claves en la conducción del Estado. No serían muchos, pues la generosidad política tiene sus límites, pero sería de provecho tener encomenderos en la Junta Central Electoral, Tribunal Superior Electoral, Suprema Corte de Justicia, Tribunal Constitucional, Tribunal Superior Administrativo. En fin, en todas las instancias decisivas. El mandatario tendrá de todo, pero nunca perjudicará a su mandato proveerse gobernabilidad por vías distintas, o mantener a soga corta a un sector tan levantisco como el PRD de antes o el PRM de ahora. Incluso debe chequear a su alrededor, pues si no accede, otro concede, y nadie desdeña poder que le den o pongan al alcance de la mano...

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