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PUNTO DE MIRA

La JCE templo de legalidad

La Junta Central Electoral se ha acorazado con todos los galardones de una obra bien realizada. Hasta las fechas todas y cada uno de las decisiones puestas al debate de los partidos han sido ampliamente consensuadas. La actual JCE es prueba del crecimiento legal del país. Este organismo que tiene entre sus misiones organizar las elecciones deja muy atrás los tiempos de las trampas.

Cierto es que las marrullerías de los políticos balagueristas obligó a variar las tácticas para tratar de evitar sus fraudes: Se agujereo la cédula para evitar doble votaciones; hubo centros de votación separando mujeres de hombres; afeitaron los brazos de los electores; se entintaron los dedos hasta tomaron las huellas digitales.

Hubo prácticas coercitivas contra los electores que, sin embargo, siguieron ejerciendo el sufragio y los políticos trampeando. La trampa no está en la JCE sino en los operadores de mesas. Las marullas y truchimanerías se ejercen en los centros de votación. Los partidos lo saben y las ponen en práctica.

El padrón electoral para las elecciones es una pieza extremadamente fina. Es la más acabada joya de control ciudadano. Allí constan todos los datos del elector. Solo puede votar en el lugar indicado. Imposible hacerlo fuera del listado porque es inaceptable, según los procedimientos. Es la base del proceso.

En el pasado este manipuleo de los votos provocó que se pidiera ayuda a gobiernos extranjeros para desechar esas prácticas corruptas. Una cosa lleva a la otra y la suplantación de la JCE constituyó una realidad.

No es el caso actual. Los trabajadores de la JCE hacen denodados esfuerzos para que el montaje cumpla con todos los periquitos. Se cubren todos los huecos. Los miembros directivos del organismo han dado la cara por sus acciones y la sociedad los respalda.

Sin embargo, no satisface esta gestión a algunos partidos que hacen oposición al conteo electrónico. El reclamo del conteo manual de los votos lo único que tendrá como resultado es una tardanza en saber la verdad de los comicios. Es un pataleo de ahorcado. Todo el mundo sabe que ganará su candidato.

Los partidos deben concentrar esfuerzos en alinear su gente frente a las mesas electorales y de pasada suspender las molestosas llamadas para saber por quién se votará. Según los cronistas políticos Danilo está lanzando juego perfecto pero en esa materia lo justo es aguardar por el out 27.

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