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Primaria en New Hampshire

El pasado 1 de febrero, comenzó en los Estados Unidos de América (EEUU) la batalla electoral para obtener la mayoría de los delegados (4,763 demócratas y 2,472 republicanos en juego) que se necesitan, para ser nominados en las convenciones partidistas y aspirar a la Presidencia. Ahora los precandidatos que permanecen en ambas contiendas después de los “Caucus” en Iowa, están en plena campaña en New Hampshire (NH), un Estado conservador de 1.4 millones de habitantes, donde están inscritos para ejercer el sufragio, 875,000 votantes; 44% independientes, 30% republicanos y 26% demócratas.

La victoria en Iowa, del senador Ted Cruz, reflejó su excelente organización y su apoyo entre el voto evangélico, seguido del urbanizador Donald J. Trump. Estos son dos candidatos que desafían el status quo, lo que incrementa la presión entre los círculos políticos tradicionales en Washington DC, además de los intereses económicos y los medios de comunicación a los que ellos llaman el “establishment”. El senador floridano Marco Rubio, obtuvo un sólido tercer lugar y se coloca entre los favoritos.

Para los demócratas los resultados fueron verdaderamente reñidos, el senador progresista de Vermont, Bernie Sanders, pierde con el 49.5% y la exsecretaria de Estado, Hilary Clinton, gana con el 49.9%. Así de sencillo.

Con un buen resultado en la primaria de New Hampshire el 9 de febrero, tanto para los punteros, Trump, Rubio o del tejano Cruz, los puede consolidar y mantener a distancia al gobernador de Ohio, John Kasich, quien está trabajando fuertemente y ganando puntos en las encuestas y a los gobernadores Jeb Bush y Chris Cristie, los que necesitan al igual que el Dr. Ben Carson y la empresaria Carly Fiorina, un fuerte empujón en las urnas para colarse entre los cinco primeros en llegar con oxígeno, a las próximas asambleas de Nevada el 23 y a las del 27 de febrero en Carolina del Sur. Esto es necesario para todos los precandidatos que desean llegar a competir, el 1 de marzo, en las 14 contiendas del Super Martes, donde están en juego cientos de delegados. Para los demócratas será sine qua non la prueba de fuego. El progresista Sanders (comenzó 40% detrás de Clinton) y actualmente disfruta en varias encuestas una ventaja de 15% a 29%. La secretaria Clinton, necesita frenar el momento político y la popularidad de Sanders, antes de pasar a las primarias sureñas. Encuestas publicadas el viernes 5, por RealClearPolitics, puntean que Trump, se mantiene punteando, seguido por Rubio, Cruz, Kasich y Bush. Pero este orden, puede cambiar, como ha ocurrido en el pasado, sobre todo por los debates y tertulias públicas, que los precandidatos efectúan diariamente, para conseguir el voto del 34%, que según los sondeos, se mantienen indecisos o que pueden cambiar de opción. Estas elecciones son abiertas, los votantes podrán favorecer al postulante de su preferencia, sin importar filosofía o partido. Recordemos que hasta 1992, se conceptúo la frase “Ganas, Nueva Hampshire, ganas la Casa Blanca”. Esta tradición la finiquitó Bill Clinton, que perdió NH contra el senador Paul Tsongas y después ganó la Presidencia. Los votantes en el “Estado del granito”, aparentemente han cambiado y están repitiendo la historia. Pasó con el ex senador de Illinois, Barack Obama, que conquisto las asambleas en Iowa y perdió NH, contra la ex senadora de Nueva York, Hilary Clinton.

Repasemos entonces la historia electoral de las primarias en New Hampshire. Recordamos la de 1960, cuando el joven senador de Massachusetts, John F. Kennedy, derrota al senador de Minnesota, Hubert Humphrey y al ex gobernador de Illinois, Adlai Stevenson. En 1976, Jimmy Carter un desconocido sureño, gobernador del estado de Georgia, sorpresivamente gana la primaria entre 12 aspirantes, incluyendo a Walter Mondale, senador de Minnesota, el que luego es su vicepresidente en el “ticket” demócrata. Ese mismo año el presidente Gerald Ford, vence en la primaria al ex gobernador de California, Ronald W. Reagan. En las elecciones de 1972, el ex senador de Maine, Edmund Muskie, enfrentó acusaciones contra la integridad de su esposa y se emocionó mientras articulaba un discurso. La secuela fue tal, que Muskie quedó en segundo lugar y el senador de Dakota del Sur, George McGovern, alcanzó la nominación demócrata, con el apoyo de su director de campaña Gary Hart, exsenador de Colorado. El nominado demócrata McGovern pierde después la elección presidencial contra otro triunfador de NH, el exvicepresidente Richard Nixon. Otra de las clásicas, fue la del año 1968, donde el presidente Lyndon Johnson, aspiraba continuar en la Casona de la Av. Pensilvania. Este colisionó en la primaria de Nueva Hampshire, con el profesor universitario y ex senador de Minnesota, Eugene McCarthy, el que obtuvo más del 44% de los votos y propició la retirada de Johnson, el que posteriormente, apoyó hasta su nominación a su vicepresidente Humphrey. En 1980, el pragmático Reagan vence ampliamente al excongresista George H. Bush, 49.7% a 22.9 y ulteriormente aspiraron en la boleta republicana, ganando la Casa Blanca. Moraleja... La historia de las elecciones primarias en New Hampshire es clarísima, forja y promociona candidatos presidenciales, pero también cancela a muchos sus deseos y pretensiones. ¡Suena la campana!

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