Santo Domingo 23°C/23°C clear sky

Suscribete

Zika-virus y las huelgas médicas

A diferencia de quienes restan méritos al Dr. Waldo Ariel Suero, actual presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), quien suscribe aprecia en él a un digno representante del sector médico.

Su trayectoria está llena de compromisos para con sus colegas y su vida es un ejemplo de ello: frugal y desinteresado, batallador y comprometido, ha ejercido la medicina sin escándalos y con una humildad y ética que están a la luz de todos. No ha usado su liderazgo y ascendencia en la vieja Asociación Médica Dominicana (AMD) ni en el actual CMD para agenciarse prebendas o canonjías, ni para medrar por escalonamientos en el sistema dominicano de salud, ni para sacar su tajada.

Hoy, la vida y la historia lo colocan en ese tipo de trance que marca una cruz en los caminos.

Las huelgas desencadenadas por el CMD en medio de la amenaza epidemiológica del Zika-virus carecen del mínimo apoyo público y podrían sugerir que el equipo directivo del gremio actúa con falta de visión; que junto a su membresía se coloca al margen de su propia ley y de su Código Ético.

No ocurre como en otras ocasiones, cuando las opiniones aparecían divididas. Ahora una poderosa corriente de opinión dice a un CMD al parecer ensordecido que el país ve justos sus reclamos pero entiende inoportunas esas huelgas. El CMD antepone los intereses de sus miembros a los de la salud colectiva; perdió el equilibrio entre cumplir los mandatos de los acápites “a” y el “c” e “i” del artículo 2 de la ley 68-2003 que lo creó.

En tanto ese acápite “c” constituye al CMD en defensor “de los derechos de los médicos, el respeto y la consideración que se merecen entre ellos; así como los intereses morales, intelectuales y materiales de su profesión”, el “a” lo manda a “servir al Estado dominicano de organismo consultor en materia de salud, especialmente en la permanente actualización de las leyes que regulan el ejercicio de la medicina en la República Dominicana” y el “i” lo obliga a velar porque el ejercicio de la medicina “tenga un carácter humano y se desarrolle con apego a las normas legales y una ética” humana y solidaria.

En otras palabras: el CMD debe colaborar con Salud Pública y el SNS para mejorar la calidad del servicio médico en los hospitales.

Es buscando el equilibrio obligatorio entre esos artículos de su “Deber Ser” que el CMD puede validarse socialmente, a pesar de parecer perdido al actuar sólo como defensor del sueldo médico.

La necesidad de un reajuste salarial está en el centro de la política económica del gobierno. El organismo regulador monetario, el Banco Central, se ha desgañitado señalando su necesidad como factor de justicia social, de “derrame” y crecimiento económico.

Por su parte, las autoridades de Salud Pública, en cuya cúspide normativa está una gremialista a carta cabal, entienden y valoran los reclamos económicos de los médicos y profesionales de la salud, incluyendo al personal paramédico. Pero la ley 123-15 manda a que las gestiones hospitalaria y de sus recursos humanos, incluyendo los médicos, las realice el Servicio Nacional de Salud (SNS).

El CMD no se ha percatado de que Salud Pública está ejecutando sus roles normativo y rector sobre el ejercicio médico y sobre el propio SNS, con el fin de promover y lograr la eficiencia de ambos.

Es en la franja definida por esas coordenadas que las autoridades del CMD y sus asociados deben actuar en ejercicio de un diálogo nacido de razones lógicas que llevan a resultados útiles y fructíferos.

Podrían, por ejemplo, preguntarse: ¿qué ARS pública propició con entusiasmo la integración de los médicos a su red de Prestadores de Servicios de Salud, encauzando enormes beneficios económicos hacia los afiliados del CMD, por lo cual muchos ganan muchísimo dinero? ¿Quién estaba en esa ARS?

La persona que hizo eso, ¿es sensible a la mejora de las condiciones de vida de los médicos o no?

También: ¿por qué el PLD optó por no llevar candidatura en las pasadas elecciones gremiales, en las que resultó electa la actual directiva? ¿Quién dirige el equipo médico del PLD?

Tal vez el equipo dirigente del CMD ni sus agremiados hayan notado que hay una agenda orientada a la calidad de los servicios médico-hospitalarios en Salud Pública y, por extensión, en el SNS, entidad que, por la Ley 123-15, deriva sus operaciones y actos de los objetivos y normas ministeriales.

Desde nuestra perspectiva, dos puntos pueden hacer fructífero el diálogo CMD-Gobierno en esta hora de aumento salarial y calidad médico hospitalaria necesarios y de huelgas inoportunas: 1ro: comprender que difícilmente el gobierno concederá un aumento sin una contrapartida; sin que los médicos den algo. Se trata de la contrapartida que nace de los reclamos ciudadanos por una mejor atención médica en los hospitales públicos.

2do. Al parecer llegó la hora de que el CMD armonice la defensa de sus agremiados con sus otros deberes, establecidos por Ley, entre ellos: asesorar a Salud Pública y obligar a sus asociados a un comportamiento ético y solidario en los hospitales. Cumpliendo y arrojando resultados tangibles.

Es así porque en Salud Pública hay una gestión comprometida con garantizar los servicios de salud que la Constitución otorga como derecho a cada ciudadano. Especialmente cuando muchos pacientes denuncian que la conducta médica en los hospitales dista de lo establecido en el Decreto 641-05 que establece el Código de Ética Médica del CMD. Según este, los médicos tienen que “velar por los intereses y derechos de quienes requieren sus servicios”.

¿Es lo que reciben los pobres de los médicos asociados al CMD en los hospitales públicos?

El CMD debe, pues, comprometerse a asesorar al Ministerio de Salud sobre cómo superar esas deficiencias en la atención, vinculando la calidad como contrapartida al aumento de sueldos.

El terreno es fértil, especialmente cuando los Residentes (R1) empiezan a comprometerse a fortalecer la atención a sus pacientes y a darles un trato más humanizado y más de 1500 galenos participaron en la charla sobre el Zika-virus dictada por un experto de OMS/OPS el pasado 14 de enero.

Aparte de que abandonan a la gente a su suerte en medio de un Zika-virus amenazador y avasallante, esas son algunas de las razones que obligan a ver estas huelgas médicas como inhumanas, inoportunas, imprudentes e insensatas.

Tags relacionados