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PUNTO DE MIRA

La famosa gobernabilidad

Desde hace mucho escucho hablar de la gobernabilidad.

Asumo que esto tiene que ver con el reparto de la cuota de poder según el peso específico en la sociedad.

Así las cosas, tenemos que empresarios, no importa de que sean del transporte público, partidos o líderes políticos, confesiones religiosas, deportistas y pasados lo que sea, tienen a su asignación.

Los sin nombre somos los contribuyentes para ese equilibrio. No podemos quejarnos.

Somos importantes para la buena marcha de la sociedad porque pagamos la gobernabilidad. El soporte, ejes y propulsores de este entramado que permite la tranquilidad.

Cuando un grupito lo quiere todo para sí, hay problemas de gobernabilidad.

Nuestros políticos descubrieron hace tiempo que el pastel es para repartirlo.

No es de nadie, viene como las pizzas, con los pedazos marcados. Quien reparte, naturalmente que toca la mayor parte.

Pero en lenguaje social y político no se habla de reparto del botín ni del pastel.

Se llama “gobernabilidad”.

En tiempos modernos, esa es palabra santa, y mantenerla es sinónimo de paz social. Este prolegómeno es para enfocar el cemento de los Abinader y su contexto. Como van las cosas no sé quien tienen la razón, si el Gobierno con la voz de Isa Conde o los Abinader, pero “a la hora del none”, eso tiene poca importancia.

Lo que discurre por el fondo no es la legalidad, sino la política.

La veterana y profunda voz de Alguien me dijo que el gobierno atrapó al adversario en una falta que no era tal porque formaba parte de la gobernabilidad con los Abinader. Que la veda contra la fábrica de cemento se percibe como revancha política; es una muestra de que el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno crece y se le golpea con una acción que los tira en trocitos a defenderse de los tiburones ecologistas.

En estos momentos el vocero de Hipólito Mejía renuncia del PRM, mientras su líder socializa en provincias con Danilo Medina inaugurando una empresa del presidente del partido, quien es de la misma cuadra.

Luce como una operación para bajar los humos a Luis Abinader. Los hipolitistas siguen inconformes adentro, pero tienen contratos afuera.

El candidato del Partido de la Liberación Dominicana desarrolla un ataque rudo con cuñas del mismo palo. Alguien me dice que en realidad es una respuesta por lo de OISOE. No lo entiendo.

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