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PUNTO DE MIRA

Duplicidad de corrupción

Lo primero es que la OISOE debe cambiar de nombre. No tiene sentido que una entidad que está para supervisar, sea competidora del Ministerio de Obras Públicas, a menos que con la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado se quiera duplicar el ente de corrupción.

Que no venga nadie a privar de santón, donde hay construcciones gubernamentales hay pudrición.

Es una temeridad acusar al Ejecutivo de hacerse el tonto o pensar que el Ministerio Público es ignorante.

Aunque también es dable especular que en ambas jurisdicciones tienen por sabido que donde hay heridas sobrevuelan moscas.

Por lo visto hay que crear ahora otra oficina. Departamento supervisor de la OISOE.

El gobierno no convence a nadie que ignoraba el pudridero que es la OISOE. El vaho llega lejos. Es un entramado de complicidad que mancha el pensamiento más sano. Como dice el pueblo, a cierta gente la fama lo precede.

El que con cojo camina, al año cojea. No es un invento ligero afirmar que pájaros del mismo plumaje vuelan juntos.

Esta es una oportunidad para develar todo el andamiaje que con malas artes se nutre del erario. O por lo menos cambiarlos para que vengan otros más creativos.

Ni por un segundo pienso que van a extirpar esa fuente de ingresos. De personas faltas de escrúpulos y hábiles en la extorsión se alimenta cualquier gestión de gobierno.

El nuestro es un país de hipócritas. La doble moral campa por sus fueros en todos los estamentos de nuestra sociedad.

Resulta que el Codia, luego de la muerte del arquitecto David Rodríguez García, fue que entró en conocimiento de la situación reinante en el OISOE. La entidad pidió que se investigara la muerte de su afiliado porque las heces habían desbordado el bacín. Eso no borró su silencio, sigue con aliento pestilente.

En un país donde conocemos al ciego durmiendo ignoraban la extorsión contra los contratistas. Es más ciego el que no quiere ver.

Igual ocurría en la oficina persecutora de la corrupción de la Procuraduría. Descarguemos de culpas al ingenuo encargado de los supervisores.

Desde que entró quitó la galería de antiguos encargados.

Esas fotos eran las culpables de la corrupción. El mal fue talado de raíz con su gesto audaz, valiente y señero.

Dicen que Danilo Medina alienta las investigaciones del OISOE, pero debe mirar un poco más y taparse la nariz.

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