Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

FE Y ACONTECER

“Yo los he elegido del mundo para que vayan y den fruto”

Avatar del Listín Diario
Cardenal Nicolás De Jesús López RodríguezSanto Domingo

Domingo XXVII del Tiempo Ordinario - 4 de octubre 2015

a) Del libro del Génesis 2, 18-24.

Hoy tenemos en las lecturas bíblicas del Génesis y de San Marcos el tema fundamental del matrimonio.

En el texto del Génesis que acabo de citar, el Señor Dios dijo: “No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él que le ayude”. Así fue creando todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo a los que el hombre iba poniendo el nombre.

Pero no se encontraba ninguno como él que le ayudase. “Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo y el hombre se durmió”. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne.

El Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer y se la presentó al hombre que dijo: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Su nombre será mujer porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”.

La persona humana aprende a dialogar con todos los “tús”, y hasta con el infinito. El teólogo bíblico sitúa la complementación de la persona humana en la base primaria. La unión del hombre y la mujer, pedida por la naturaleza y consolidada en institución, revela una hondura que remite al diálogo con el Tú del Creador.

b) De la Carta a los Hebreos 2, 9-11.

La tradición ha afirmado que los destinatarios de esta carta eran los hebreos, o sea los judíos convertidos al cristianismo. Y esa sigue siendo la opinión más aceptada hoy en día. La carta cita y comenta continuamente el Antiguo Testamento; a veces alude a textos que supone.

-2-

conocidos. En ella se puede apreciar a una comunidad que atraviesa un momento de desaliento ante el ambiente hostil de persecución que le rodea. La nostalgia del esplendor de la liturgia del Templo de Jerusalén, que se desarrolla alrededor del sacerdocio judío, está poniendo en peligro una vuelta al judaísmo, a sus instituciones y a su culto. (Cfr. Comentario - Introducción a la Carta).

¿Qué dice el texto de hoy? “Al que Dios había hecho un poco inferior a los angeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así por la gracia de Dios ha padecido la muerte para bien de todos”.

No olvidemos que los destinatarios de esta Carta son los hebreos, por eso dice el texto que estamos comentando: “convenía que Dios, por quien y para quien todo existe, queriendo conducir a la gloria a muchos hijos, llevara a la perfección por el sufrimiento al jefe y salvador de todos ellos”.

El que consagra y los consagrados tienen todos un mismo origen, por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos.

c) Del Evangelio según San Marcos 10, 2-16.

En este párrafo de San Marcos encontramos a unos fariseos que se acercan a Jesús, y como era usual en ellos, provocan al Señor con sus preguntas capciosas.

El tema es el divorcio: “Maestro, Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio”.

La respuesta de Jesús es categórica: “Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.

-3-

No olvidemos que está hablando el Hijo de Dios y responde a unos hombres que quieren desautorizarlo ante la gente, pero Él no retira su afirmación y les repite: “Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera”.

Jesús interpreta la ley divorcista de Moisés como una concesión inevitable a la dureza de corazón de los judíos, incapaces de una mayor altura moral. Tolerancia que según Jesús no acusa a Moisés, sino que denuncia la testarudez de los judíos.

Queda bien establecido que con la autoridad de su palabra como Hijo de Dios, Jesús declara abolida la tolerancia del divorcio, al hacer patente la intención primera de Dios respecto a los sexos y a su igualdad ante el Señor.

“En el judaísmo, dice el P. Cantalamessa, dos opiniones chocaban entre sí. Según una de las dos era lícito repudiar a la propia mujer por cualquier motivo y, por lo tanto, al arbitrio del marido; según la otra opinión, por el contrario, era necesario un motivo grave, contemplado por la Ley”.

Pero sabemos que la enseñanza de Jesús es distinta. Termino con estas palabras del mismo autor: “Creo que Jesús está dispuesto, también hoy, si se le invita a las propias bodas, a realizar el milagro y hacer que el último vino, el amor y la unidad de los años de madurez y de la ancianidad, sea mejor que el de la primera hora”.

Tags relacionados