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EN POCAS PALABRAS

De China a Brasil

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Juan Guiliani CurySanto Domingo

La clave de la economía del país para benefi ciarse de cualquier derrumbe o inestabilidad coyuntural de los mercados es mantener estabilidad macroeconómica, control de infl ación, estabilidad cambiaria y posición fi scal adecuada. República Dominicana goza actualmente de esa buena pro de los mercados. La baja del petróleo nos hace que seamos prudentes y reservados para que no nos pase como a otros países donde el bullicio económico se fue desvaneciendo a medida que las políticas económicas fueron desviadas para gozar de las bonanzas de los mercados.

El caso de China es una cosa y la recesión técnica declarada por Brasil es otra. El gigante sudamericano viene siendo afectado por una situación de credibilidad de los mercados por su política fi scal expansiva y el aumentos de los impuestos, que han afectado el crecimiento económico de que disfrutó durante los últimos doce años de auge por el alza en los precios de las materias primas y la credibilidad de los mercados que le dio el gobierno de Lula y que ahora ha erosionado la popularidad de Dilma.

China, por su lado, se ha situado en una posición de desacelerar su economía, cambiando su patrón de desarrollo hacia fuera por uno que privilegie el consumo interno. Ha devaluado el yuan en un 2.92% con respecto al dólar ante una caída en sus exportaciones de un 8.3% en julio.

El desplome de los precios de las materias primas se debe en gran medida a que China disminuirá sus importaciones de bienes agrícolas y otros rubros afectando como es lógico a Brasil, su principal socio latinoamericano.

Brasilia mira ahora hacia Estados Unidos, su segundo socio comercial. EEUU la principal economía del planeta acusa un robustecimiento en su economía desde que estalló la crisis fi nanciera 2008-2009.

Brasil tiene ahora gripe y el remedio de ese malestar lo tiene que buscar en Washington, al que no quiso tener muy de cerca cuando se abrió la posibilidad del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, mejor conocido como ALCA. Dilma no quiere dormirse, buscando resguardase ahora de una eventual crisis de credibilidad tapando a ésta a través de un muro de contención de unas reservas internacionales de divisas estimadas en 371,000 millones de dólares para evitar más desajustes de su economía y más descontento de la población.

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