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En la diana

Primer tiro Así como no importa la raza del gato, con tal de que atrape ratones, tampoco importa el instrumento con que se sustituya la deuda acumulada en dólares con los generadores de electricidad, con tal de que el costo del nuevo compromiso de pago sea menor que el que devenga la deuda actual. El costo de una deuda depende de muchos factores, y el plazo y la garantía son de los más importantes. Pero los precios del petróleo y la tasa de interés del mercado internacional son también dos variables claves a tomar muy en cuenta en el caso de la deuda de las empresas públicas eléctricas, pues mientras menores sean las mismas, mayor es la capacidad de pago de dichas empresas. A pesar del significativo aumento en su volatilidad, es altamente probable que el precio promedio del petróleo del segundo semestre disminuya de manera importante con respecto al prevaleciente en el primer semestre, como también es altamente probable que las tasas de interés en dólares también continúen bajas durante un tiempo significativo.

Segundo tiro El menor precio del petróleo y la baja tasa de interés internacional son variables que deberían incidir en la baja de la tasa interés exigida a cualquier nuevo instrumento utilizado para sustituir la deuda acumulada con los generadores. Aunque se observen rebotes alcistas de los precios del petróleo (explicados por las operaciones en las que este adquiere el carácter de un activo), existen evidencias de que la caída de su demanda tiene carácter cuasipermanente. Controlar el detonante de la pólvora esparcida por todos los mercados chinos podría requerir de más permanencia de bajas tasas de interés y de programas de flexibilización monetaria a nivel mundial. Aunque depende mucho de la arquitectura legal y financiera a ser utilizada en la operación, las condiciones externas son ahora más favorables para que las empresas públicas eléctricas puedan reducir el gasto financiero de sus deudas. Las tasas de interés en moneda nacional se han reducido considerablemente, lo que también mejora de manera significativa el flujo de efectivo y la capacidad de pago de dichas empresas.

Tercer tiro Pero llevar al equilibrio a las empresas públicas eléctricas requiere de mucho más que la renegociación y cambio de la deuda con los generadores. Hay que partir de que la variable clave del sistema eléctrico es el precio promedio de compra de las distribuidoras a las generadoras. La reducción de un 30% del precio de compra tiene un impacto en las perdidas que es 2.7 veces mayor que una reducción de igual magnitud en la energía no facturada. La reducción del precio del petróleo reduce el precio de compra, y aunque esto sea altamente favorable para la energía servida en las zonas y circuitos de alto índice de cobranza, el equilibrio financiero del negocio de la distribución de electricidad no se logrará si no se disminuyen las perdidas en los demás sectores. La reducción de un 30% en el precio de compra y en la energía no facturada ahorra en pérdidas US$ 810.8 millones, casi el mismo monto destinado a subsidiar al sector en el 2015. Así como el gato eficiente evalúa y valora su coto de caza, así también la Gestión Publica Eléctrica debe saber que más allá de la muy conveniente operación de sustitución de la deuda, hay otros objetivos de mucho mayor valor.

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