Azua clama y reclama
Empieza a ser un clamor común o nacional el de tomar medidas para paliar la falta de agua para consumo de la población y de los productores agropecuarios, provocada por la fuerte y prolongada sequía que nos afecta. Aunque hemos puesto nuestras esperanzas en que pronto comenzará a llover, la cosa va empeorando si hacemos caso de las dificultades que días tras días nos traen los medios de comunicación del país. Generalmente, la percepción de los ciudadanos se concentra en el agua de uso doméstico, y es así, pero resulta dramático para un agricultor disponer de diagnósticos para atemperar la situación y además haciéndose oportunas recomendaciones encadenadas de buenos deseos y no ser atendidas por falta de recursos o voluntad para ello.
En los gobiernos del presidente Balaguer, en los que en materia de desarrollo la equidad no fue una batalla perdida, se inició la adecuación y readecuación productiva de Azua, gracias a la inversión y a la ejecución de un conjunto de obras hidráulicas jamás concebidas en la nación, y que completadas con la parcelación y asentamiento de miles de familias campesinas llevaron a esta comunidad a ser una de las más pujantes del país.
Azua es la cuarta provincia del país en extensión y tiene índices altos de pobreza, pero posee una llanura de alrededor de 300 mil tareas cuya garantía de riego proviene de la presa de Sabana Yegua, cuyas aguas retenidas del Yaque del Sur luego de ser conducidas hacia la presa derivadora del canal Yaque del Sur-Azua, se vierten en el ubérrimo valle o planicie azuana. La fuerte sequía ha reducido las posibilidades de riego a niveles críticos para sostener el suministro a los productores que hoy cuentan con 190 mil tareas bajo cultivo (aprox. 90 mil están cultivadas de bananos para exportación) de plátano, batata, sandia, melones, entre otros. Según cálculos de los agricultores, el valor económico asciende a RD$1,800 millones; hay 9,200 productores; 43 mil personas dependientes; un 18% de la población dependen de los ingresos de la agricultura.
Dadas las expectativas de que la sequía se prolongue las inversiones privadas, principalmente las empresas tomateras, podrían cesar, lo que agravaría más la situación de la zona ¿Entonces, qué hacer? Los principales representativos de la provincia: cooperativas de productores, gremios del banano orgánico y convencional, Consejo Agropecuario de Azua, etc. reclaman a que el Gobierno disponga recursos de un fondo adeudado a la Provincia por la generación de energía de la Hidroeléctrica de Los Toros, monto que alcanza los RD$1,300 millones de pesos, para poner en operación 18 bombas de turbinas en igual cantidad de pozos tubulares debidamente aforados y con rendimiento de 800 gls/minuto; instalar 30 bombas con igual capacidad en lugares potenciales y factibles para operar; mantener un fondo operativo de RD$5 millones de pesos para sostener los equipos de bombeo de las 84 electrobombas que operan en todo el área de influencia de la presa de Sabana Yegua incluyendo el pago de tarifa por consumo eléctrico. Está ampliamente demostrado que la dirección ejecutiva del INDRHI tiene la suficiente experiencia, buena capacidad gerencial y acometividad necesaria para ejecutar las operaciones precedentemente citadas. Además, el valle azuano es a mi entender el mejor acuífero subterráneo del país por la estructura física de sus suelos que permiten la mayor infiltración y retención de agua disponible libre de intrusión salina aún su cercanía a la costa. Entonces, presidente Medina, “manos a la obra”. La idea de apoyar a Azua, como tantas , son de interés general, promovidas como iniciativa de significación colectiva. Y, como muchas, claman sus principales voces para convencer al Gobierno de su ejecución. Hay que escuchar y asistir a los no seleccionados por las visitas furtivas para evitar la pérdida significativa de confianza en las autoridades que ha sido un mal endémico en la República.