La generosidad de Roberto

El alcalde de Santo Domingo vuelve a dar muestra de tolerancia, comprensión y buena vecindad al suspender las actividades del anfiteatro Nuryn Sanlley-- que está en el viejo zoológico de Buche--, hasta que se encuentre solución al problema de contaminación sónica.

La solución más adecuada no parece tan simple como plantean algunos vecinos que tramitan ante la justicia su clausura pura y simple, pero aislar el ruido tampoco es un asunto del otro mundo.

Roberto decidió dejar la administración de ese centro en manos de un patronato cuando venzan los compromisos ya concertados de presentaciones artísticas. Pero los vecinos tampoco están conformes. ¿Y entonces?...

... Se supone que de ese modo el cabildo-- siempre corto de recursos económicos--, podría delegar en el patronato la solución no sólo del ruido del anfiteatro sino también de la falta de espacios para el estacionamiento de vehículos, un asunto más grave aún porque multiplica la contaminación.

El zoológico de Buche-- que me recuerdan en susurro es también de la elefanta Mami--, podría convertirse de ese modo en el anhelado centro de atracción que tanto necesitan los capitaleños, donde no sólo se produzca el jolgorio festivo popular sino que sirva como escenario para actividades culturales relevantes.

También César Suárez El promotor artístico César Suárez me contactó el pasado jueves para hablarme del tema que ese mismo día había tratado en esta columna. Me avanzó que Roberto quería explicarme el asunto y las razones del tirijala que se armó con los vecinos agrupados en la asociación que encabeza Yolanda Martínez.

Le expliqué claro que no tengo velas en ese entierro, le recordé que ni siquiera resido en el país, que en la ciudad donde vivo, Panamá, hay un centro de convenciones muy moderno llamado Atlapa, que también sirve como escenario para las presentaciones artísticas más fulgurantes.

Es un lugar enclavado en el centro financiero de Panamá-- que es mucho decir cuando se habla de la capital financiera centroamericana--, rodeado de torres residenciales, bancos, centros comerciales, grandes avenidas--, y a nadie he escuchado decir que los ruidos trasgreden la tranquilidad ciudadana...

Pero nunca he visto tampoco-- ni siquiera en la Cumbre de Las Américas del pasado abril, donde participaron 35 jefes de Estado--, que alguna actividad celebrada en Atlapa haya caotizado el tránsito o perturbado a los vecinos o dificultado la actividad comercial de la zona.

Las ocasiones en que vengo al país-- siempre por muy pocos días--, no alcanzo a percatarme del “gran daño” que ha ocasionado Roberto a los vecinos de Buche. Sólo oigo el murmullo...

Escuchó a los vecinos Un ejecutivo municipal comienza a ser eficiente cuando escucha las quejas de la gente... Justo lo que acaba de hacer Roberto con su decisión de poner el viejo zoológico en manos de un patronato, como anunció Omar Liriano. Pero los vecinos quieren más...

Si algún tono gracioso ha tenido todo esto, radica en los comentarios maliciosos de algunos colegas que atribuyen la decisión del alcalde Salcedo a las plegarias de los mormones “ante Jesucristo y los Santos de los Últimos Días”...

Si me preguntaran, diría que fue la belleza de Yolanda mostrada en su mayor esplendor en la foto del viernes, que repito hoy. ¿O cuando Roberto recordó la dinastía arquitectónica de los Martínez: Bebecito, Felipillo, Cristian...?

¡Pero el pleito sigue!