Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

La gestión de Navarro

El presidente Danilo Medina sacó conejo del sombrero cuando designó a Andrés Navarro ministro de Relaciones Exteriores en septiembre del año pasado... Porque nadie esperaba que este arquitecto-urbanista de profesión y político de vocación, de bajo perfil y conocido por su capacidad gerencial y organizativa más que como experto en diplomacia o asuntos internacionales, fuera el sustituto de una figura con la experiencia de Carlos Morales Troncoso...

Siempre que se pensaba en un nuevo canciller ante la enfermedad terminal de Morales, se tomaba en cuenta a Temístocles Montás o a Gedeón Santos, los dos internacionalistas más acabados conque cuenta el PLD, por lo que la designación de Navarro constituyó una sorpresa... Que hasta ahora ha resultado muy agradable.

En principio se especuló que el Presidente lo designó con la encomienda de llevar el orden a una cartera --dicho en todas sus acepciones--, de donde salían ruidos molestosos. Porque se conocía su eficiencia gerencial y su sólida formación en la administración pública. Capacidades demostradas tanto en el ayuntamiento del Distrito Nacional como en el ministerio de Obras Públicas.

Y como no podía ser de otra manera, tan pronto Navarro llegó a la Cancillería organizó la casa y planificó su gestión, para lo cual organizó el Primer Foro de la Diplomacia Dominicana, un encuentro de tres días donde participaron diversas instituciones públicas además de la totalidad de los jefes de misión donde se definieron las prioridades y metas del servicio exterior dominicano.

Se planificó a largo plazo pero paralelamente había que atender los asuntos del momento. De ahí que Navarro, sin siquiera poder calentar la silla, se vio en la obligación de manejar el peliagudo caso haitiano.

Sus comienzos tropezaron con una arritmia gubernamental que por momentos parecieron debilidades personales. Lo que ha quedado desmentido con la firmeza de sus posiciones y la intensidad de su labor en la defensa de la Republica desde que el Gobierno corrigió desvaríos y asumió con responsabilidad las posiciones nacionales. El trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido clave en el diseño de la defensa diplomática del país que incluyó la contratación de lobistas y empresas de relaciones públicas, y cuyos resultados comienzan a verificarse.

Al canciller Navarro también le ha correspondido la tarea de defender las políticas migratorias emanadas del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, para lo cual ha viajado medio mundo para denunciar “una inaceptable campaña internacional de descrédito y difamación en contra de la República Dominicana”.

Pero a pesar de que la gestión de la crisis con Haití absorbió buena parte de su tiempo, la gestión de Navarro no detuvo el proceso de fortalecimiento institucional que esta experimentando la Cancillería.

Para transformar las estructuras de las embajadas y de los consulados se encargaron estudios que permitirán reclasificar ese personal y sanear sus nóminas, mientras el Instituto de Educación Superior Especializado en Formación Diplomática y Consular se encuentra en un profundo proceso evolutivo que busca integrar tecnologías de la información y la comunicación con el fin de ofrecer educación continua al personal dispuesto en el exterior y mejorar mediante estos mecanismos sus capacidades en la gestión de servicios públicos. Un paso trascendental ha sido llevar la Cancillería a la frontera para conocer sus realidades pero también para tomar acciones y poder participar e influir en la dinámica que se genera en un área neurálgica de las relaciones diplomáticas dominicanas. Navarro anuncia que para el próximo año el Ministerio de Relaciones Exteriores tendrá al menos dos oficinas en la frontera, una en Dajabón y la otra en Jimaní.

La Cancillería también trabaja para mejorar la calidad del servicio consular... Aunque esos trabajos van más lentos de lo deseable y necesario. Al país le urge modificar radicalmente la forma como se manejan unos consulados que no pueden continuar operando como especies de “puntos comerciales” que se asignan a dirigentes políticos y relacionados para recompensar aportes proselitistasÖ Hay transparentar sus manejos financieros y enfocar su visión hacia el servicio a la diáspora y la promoción del país en el exterior.

República Dominicana fue escogida para asumir la presidencia pro-témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) desde enero del próximo año, y por tanto albergará la Cumbre de Presidentes del CELAC en enero del 2017. También acogerá la próxima Asamblea Ordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) prevista para junio del 2016, donde se tratara de relanzar a ese convaleciente órgano regional.

Son ocasiones extraordinarias para continuar fortaleciendo los vínculos con los países de la región y con otras naciones donde no hemos explotado con suficiencia las relaciones comerciales y de cooperación.

Por tanto, el 2016 presenta una gran oportunidad para proyectar a la República Dominicana como un país que construye lazos con el mundo y que busca integrarse como un actor protagónico en el concierto de naciones... Y para cumplir esa misión, el ministerio de Relaciones Exteriores no podía estar mejor servido.

Sin dudas, la designación de Andrés Navarro como canciller de la República fue otro gran acierto del presidente Danilo Medina.

Tags relacionados