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ORLANDO DICE...

Instancias contra Danilo

LA GRANADA.- Radhamés Jiménez le puso la espoleta a la granada de preocupación de que el recurso sometido por Hipólito Polanco ante el Tribunal Constitucional, en reparo a una decisión del Tribunal Superior Electoral en su contra, pudiera afectar la proclamación del candidato Danilo Medina. No lo dijo por decirlo, sino que ante una pregunta respondió que no habría problema, considerando el derecho y no el ánimo de los jueces de esa corte. Polanco es un peledeísta que reclama un derecho que se afirma no le corresponde, de correr por la nominación del partido morado, del cual es miembro sin categoría ni rango. El caso es curioso, y hasta caprichoso, pues el reclamante no es una persona conocida, ni siquiera dentro de la organización, y su insistencia contra natura lo hace sospechoso de todo lo imaginable. Veamos. Que lo intentara como una manera de sonar, de figurar en los medios, no sería nada del otro mundo: Todo individuo tiene derecho a quince minutos de fama. Pero que después de que se le dijera que no, que no era posible, pues los estatutos imponen determinado protocolo, su iniciativa no se ve inocente...

EL BLINDAJE.- El derecho a la nominación presidencial debiera ser universal a los peledeístas, pero después de la experiencia de Miguel Solano, la élite rectora decidió blindarse de sorpresas. Entonces se impuso como norma que los nombres de los aspirantes fueran barajados en el Comité Político y sometidos al Comité Central, el cual debía aprobarlos con determinada votación. Que fue lo que sucedió ahora, aunque por razones de circunstancia o de previo acuerdo, solo se oficializó a Danilo Medina. Los demás, y los demás eran muchos, fueron dejando el campo libre a una reelección que tácitamente apoyaban. ¿De dónde, pues, salió Hipólito Polanco, si nadie oyó hablar de él cuando la campaña interna, oficiosamente, estuvo en sus buenas? Nadie recuerda afiches o vallas. ¿Quién lo patrocina, pues en política nada se mueve si no hay un viento superior que lo sopla? Los suspicaces se preguntan quién lo mandó, y de seguro que no fue el Enemigo Malo, y se sabe que el PLD es un senado romano, y siempre más que un posible ¿Hasta tú, Bruto?...

UHMM.- ¿Cómo sabe Radhamés Jiménez que el recurso de Hipólito Polanco ante el Tribunal Constitucional, para echar por tierra la decisión del Tribunal Superior Electoral, no progresará? Su propio juicio de abogado no sería suficiente, aunque se supone que estudió la materia y que esta le compete como encargado de asuntos jurídicos y legales del PLD. El Caso Polanco, incluso, debe estar a nivel de secretaría, acabado de llegar, y la corte todavía no lo asume como propio. Inmediata, por tanto, la solución no será. Ahora ¿Puede decirse lo mismo de la instancia de la Fuerza Nacional Progresista demandando como sine qua non para la reelección el referéndum? Ahí sí podría retorcer la puerca el rabo. Pues este expediente si pasó de secretaría, incluso tiene fecha de audiencia en el mes de septiembre, y después que se escuchen a las partes en juicio oral, público y contradictorio, entraría en la fase peligrosa de apoderar un juez que lo trabajaría hasta ponerlo en estado de fallo. Tampoco es cosa de un día para otro, pero ya empezó a hacer camino al andar...

OTRA COSA.- Lo de Hipólito Polanco podría resolverse de muchas maneras, e incluso sin maneras, pues el PLD actuó por el librito. A menos que a menos. Para la reelección Polanco no es viento que tumbe coco, pero no piensa igual respecto al recurso de la Fuerza Nacional Progresista, a pesar de que lo aprobado por la Asamblea Revisora no hay forma de alterarlo o dejarlo sin efecto. Sin embargo, sospecha, teme, supone, sabe. El problema no es la Fuerza Nacional Progresista, ni “el necio de Vinicito”, sino el inefable Radhamés Jiménez. El poder que le permite dar tranquilidad en relación al expediente Polanco, es el mismo, visto en otra perspectiva, que inquieta a la reelección. Piensa que esas influencias sobre jueces y cortes se reservan para cosas mayores. Lo de Polanco es asunto de PLD, y si acaso de gobierno, pues todo reparto es posible. Quienes hicieron acuerdo de 15 puntos, pueden extenderlo a 16 puntos, y resolverle a Polanco. Ahora, lo del referéndum se presta a negociación de alto vuelo. No una posición, sino una cuota de poder...

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