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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Cambio climático, sequía y producción

Los estragos que está causando la sequía en la economía dominicana, especialmente en la producción de alimentos, ha puesto de manifiesto la necesidad de prestar especial atención a estos eventos climáticos que, aunque históricamente se producen ocasionalmente, en los momentos actuales ejercen una notable influencia, por la demanda cada vez mayor de agua, alimentos y energía de una población mundial en desordenado crecimiento.

En los últimos meses el país se ha visto afectado por una inusual y prolongada sequía, que ha afectado el uso y consumo de agua y ha obligado a toda la nación a restringir y adoptar una serie de medidas para reducir el gasto y promover el uso eficiente del preciado líquido.

República Dominicana no es el único país en enfrentar este fenómeno climático: a principios de este año, se han registrado graves situaciones de sequía en los Estados Unidos, Bolivia, Brasil, e inclusive a inicios del mes de agosto la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) decidió establecer restricciones a partir del 8 de septiembre próximo a los buques que pueden transitar por la ruta interoceánica debido a la sequía que afecta la cuenca del canal.

La sequía se presenta como uno de los principales retos derivado del cambio climático, fenómeno definido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992), en su artículo 1, como un “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.

De manera general, el cambio climático se manifiesta por el aumento del nivel del mar, el aumento de la temperatura promedio de la superficie terrestre y de la temperatura oceánica, la disminución de extensión de nieves y hielos, el aumento de los eventos extremos de la naturaleza (huracanes, tornados, inundaciones, sequías, etc), y la acidificación oceánica.

De acuerdo al documento “Cambio climático 2014. Impactos, adaptación y vulnerabilidad”, el derretimiento de nieve y hielo están alterando los sistemas hidrológicos, lo que afecta a los recursos hídricos en términos de cantidad y calidad. Además, el cambio climático ha afectado la producción de trigo, maíz, arroz y soja, comprometiendo la seguridad alimentaria mundial.

En la República Dominicana, la sequía ha generado grandes preocupaciones y ha provocado la pérdida de alrededor de 200 mil quintales de arroz en la línea noroeste, siendo los municipios más afectados Castañuelas, Villa Vásquez y Mao Valverde.

De igual manera, los productores de la zona sur han mostrado preocupación por la falta de agua para el riego de sus cosechas, lo que pone en peligro la producción de una de las zonas más importantes en el cultivo de granos del país. En ese tenor, el Observatorio Nacional del Agua, encabezado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y que agrupa a instituciones relacionadas con el sector como la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), las Corporaciones de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo y Santiago (CAASD y CORAASAN), el Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (INAPA), informó que la presa de Valdesia ha experimentado en los últimos días un aumento en la disponibilidad del volumen de agua, pero que continuará la racionalización a los productores de Bani, quienes se suplen de ese embalse.

La gestión efectiva y responsable del agua debe ser, hoy más que nunca, un tema relevante en la formulación de las políticas públicas con miras a una mejor administración de los recursos naturales. En la Constitución el artículo 15 referente a los recursos hídricos especifica que “El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida. El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso. El Estado promoverá la elaboración e implementación de políticas efectivas para la protección de los recursos hídricos de la Nación.”

En la misma línea, la Ley 1-12 sobre Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END) establece una serie de objetivos, líneas de acción y metas relacionadas con la gestión eficiente del agua. La END se plantea como objetivo garantizar el acceso universal a servicios de agua potable y saneamiento, estableciendo como meta que para el año 2020 el 100% de la población cuente con acceso a agua de la red pública dentro o fuera de la vivienda.

La END propone dos reformas relacionadas con la gestión del agua: primero, la creación de un sistema de vigilancia sanitaria para la calidad del agua de consumo que permita actuar de manera preventiva y correctiva sobre los riesgos a la salud asociados al agua, se diseñará y pondrá en operación, en un plazo no mayor de 10 años integrando a todos los acueductos del país, independientemente de la naturaleza del prestador; y, segundo, el diseño, aprobación e implementación de la reforma del sector agua y saneamiento en un plazo no mayor de 5 años.

Actualmente, la Comisión Permanente de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Senado de la República estudia varias propuestas relacionadas al tema de la gestión del agua: Proyecto de Ley de Aguas de la República Dominicana, Proyecto de Ley que Descentraliza la Administración del Agua Potable y el Alcantarillado en la República Dominicana y Proyecto de Ley General de Agua Potable y Saneamiento.

Como bien resaltara el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon en ocasión de su mensaje en el día mundial del agua el pasado 22 de marzo: “Dependemos del agua para la salud pública y el progreso equitativo, y el agua es esencial para la seguridad alimentaria y energética, y sustenta el funcionamiento de las industrias.”

Hay que hacer frente a la escasez del agua con planes y políticas que eficienticen su uso y garanticen que la población tenga el agua necesaria para su consumo y para los distintos fines para los que este recurso no renovable es indispensable. Recordemos, el agua es vida.

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