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Lo increíble de las encuestas

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José Lois MalkunSanto Domingo

Las últimas encuestas publicadas, ofrecen resultados increíblemente contradictorios.

No vamos a repetir lo mismo de siempre, donde la mayoría de la población está inconforme con el gobierno o peor en términos económicos, aunque sigue apoyando mayoritariamente la gestión de los presidentes. Ahora con Danilo y antes con Leonel. Se repite el mismo patrón, donde el miedo al poder y perder algún estimulo económicos del ofi cialismo, limita expresarse con libertad.

En esta ocasión nos vamos a referir a cómo los candidatos se mueven de atrás para adelante y de adelante para atrás, dependiendo de a quien se quiera levantar o aplastar.

Hace apenas 4 meses Guillermo Moreno tenía altos porcentajes de aprobación, que en algunos casos alcanzaban el 22 %. Ahora resulta que lo tiraron al suelo. Con el PRD, el PRSC y el PRM pasa lo mismo. Una vez le suman y otra vez le restan.

Lo de Danilo Medina y sus oponentes, el patrón electoral seguirá siendo el mismo, pase lo que pase. Y si algo cambia y pone en peligro la victoria del ofi cialismo entonces se enciende un botón, el dinero fl uye y todo vuelve a la normalidad.

Las encuestas siguen perdiendo credibilidad a medida que pasa el tiempo. No son coherentes en sus resultados ni consistentes espacialmente. Y no vamos a cargarle toda la responsabilidad a las empresas encuestadoras por esos extraños resultados, ya que infl uye el hecho de que hay una mayoría de dominicanos que votan (aproximadamente 1.7 millones de habitantes) sujetos a las dadivas y empleos fi cticios que le otorga el ofi cialismo. Estos siempre apoyan al Presidente para no correr riesgos, pero se desahogan cuando le preguntan sobre su situación económica.

El clientelismo se ha convertido en la sustancia que envenena la voluntad de los dominicanos por el trabajo productivo, por la superación personal, por el cambio, por la institucionalidad y la transparencia. Han derrotado la moral y la dignidad para darle paso al conformismo y la apatía.

En Venezuela uno pensaría que el 95% de la población debería repudiar al gobierno de Nicolás Maduro por todos los desastres que ha cometido. Han hundido a ese país y han llevado a la clase media a su casi extinción. Pero sucede que las ayudas o subsidios que el gobierno ofrece cubren hasta el 60% de la población y eso garantiza continuar en el poder, salvo que se produzca un milagro para cambiar el régimen actual.

Eso es lo que imitamos.

Lamentablemente, no puede haber libertad plena ni una democracia solida donde se usa el dinero público para comprar votos y manipular las voluntades de la gente. El clientelismo ya es parte del juego político y sin eso las elecciones no tendrían razón de ser.

Y obviamente, las encuestas están viciadas por esa maligna práctica, donde la dadiva y la corrupción se entrelaza como un nudo marino para anclarse en el poder. Aquí todo tienen un precio y el presupuesto puede pagarlo sin importar el monto.

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