Activos siempre

En su sabiduría, monseñor Pepén solía repetir: “El que a los 85 años no hace nada, termina hablando solo”. Con esto él quería decir que toda la vida el ser humano está llamado a hacer algo, a mantenerse activo, a producir. Por eso, ninguna persona puede retirarse; sí puede cambiar el ritmo de su vida. No es lo mismo el ritmo de un niño, de un joven, de un adulto, que aquel que ha llegado ya a la tercera edad. Activo siempre, con ritmo diferente, y aquel que a los 85 años no hace nada, buscará la manera de consolarse hablando solo.

Por eso es tan interesante ver a las personas mayores, a las mujeres que saben cuidar, porque ellas son como personas, como mujeres, y aparecer siempre con la belleza con la que pueden presentarse a su edad al hombre que, de alguna manera, se mantiene activo. Activos siempre, no importa la edad que se tenga, y aquel que a los 85 años no está activo, se aburre y terminará hablando solo porque no está haciendo nada y no tiene con quien comunicarse.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.