Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

La muerte de Héctor Aristy

Avatar del Listín Diario
Silvio Herasme PeñaSanto Domingo

Con la muerte del comandante Héctor Aristy, ministro de la Presidencia del gobierno del coronel Francisco Alberto Caamaño en la guerra del 1965, desaparece una figura crucial de aquellos tiempos que elevaron al rojo vivo el sentimiento patrio del país.

Aristy se convirtió en la figura “indispensable” del Caamaño militar que ocupaba en ese momento un rol que no buscó, pero que las circunstancias pusieron en sus manos. Y durante ese tiempo, al igual que Caamaño, Héctor Aristy escribió una página indeleble en la historia moderna del país.

En los últimos tiempos, un hombre que parecía que las décadas no le pasaban, empezó a sufrir achaques de salud. Y muchos de sus viejos amigos dejamos de verlo creyendo que en cualquier momento lo encontraríamos en los sitios comunes de siempre, pero el tiempo se salió con la suya.

Ayer, Héctor Aristy dejó de existir y su muerte acongoja a sus viejos compañeros, familiares y amigos.

Ahora su vida pasa con brillantez a las páginas eternas de lo que fue “La Guerra de Abril”, y allí morará por siempre con sus camaradas y amigos, incluyendo a Caamaño. Paz a sus restos.

En el CEA: Lo que siempre se hace Una de las más atractivas premisas con las que asumió el poder el Presidente Danilo Medina Sánchez, el 16 de agosto del 2012, fue la de “hacer lo que nunca se ha hecho”. Lo dijo de manera tan rotunda y franca, que la gente se lo creyó cuando comenzó las visitas semanales a sectores humildes de todo el país.

Lo que se creía, pero parece que algunos en su gobierno no cogieron la señal, era que no se trataba de una actitud particular o personal del jefe del Estado, sino de todo el gobierno.

Se creyó que cada funcionario responsable en áreas estratégicas de la administración pública habría de asumir como política de cambio esa hermosa oferta del jefe del Estado, aparentemente alguien que no tomó en serio la promesa del gobernante y consideró que podría comportarse, como siempre lo han hecho, en perjuicio del más humilde.

Y si usted necesitara un ejemplo de lo que aquí expongo, sólo tiene que aprovechar este día de asueto, domingo, y visitar a parceleros de Laguna Prieta, del kilómetro 14, en Cumayasa, en San Pedro de Macorís, y preguntar por los ocupantes de terrenos del Consejo Estatal del Azúcar que están compelidos a abandonar el lugar que cultivan desde hace más de trece años.

Por lo menos así lo asegura el señor Andrés Rodríguez, presidente de la Asociación de Parceleros “La Nueva Luz” , en el kilómetro 14 de Cumayasa.

Ellos acusan a Ramón Rosario (Pin), funcionario del CEA, de quitarle los terrenos para negociarlos con funcionarios del Estado.

Esa denuncia pudiera ser seria, o parcialmente seria, la veracidad de lo que los parceleros dicen, no se está haciendo “lo que nunca se ha hecho”, sino precisamente lo contrario, “lo que siempre se ha hecho”.

Cuando menos al señor Ramón Rosario, si la denuncia es total o parcialmente cierta, se le debe culpar de desentonar con la mística propalada por el jefe de Estado. Posiblemente oyó a Danilo cuando dijo en el Congreso el día de la toma de posesión de su gobierno, que en lo adelante se haría “lo que nunca se ha hecho”.

A lo mejor a Pin Rosario, al aplaudir los términos del jefe del nuevo gobierno le parecieron “muy buenas palabras”, pero la promesa presidencial “le entró por un oído y le salió por el otro”… o probablemente murmuraría para sí: “Ah, las cosas de los jefes…”. No pensó que le tocaría a él, como funcionario del CEA, aplicar esa promesa danilística, ha ocurrido que sí, porque el señor Rosario es denunciado de un intento de desalojo de más de 300 personas que han echado raíces en terrenos que son propiedad del Estado. Es verdad, pero lo que es del Estado es de todos, o por lo menos así se ha proclamado siempre, y no es decente ni puede ser dable, que usted se lo quite a unos “sólo para dárselo o vendérselo a otros”.

Si es verdad que se van a vender esos terrenos porque el CEA necesita liquidez, al menos debe tener la decencia de ofrecérselos primero a los ocupantes. Si no se hace así, con justicia, entonces el asunto toma un olor desagradable y se le podría acusar a Pin Rosario de querer aprovecharse con la desgracia de los parceleros que, por lo menos, tienen a su favor de que pusieron a producir esas tierras otrora cañeras.

Lo que siempre se ha hecho es el desalojo, pero lo que se impone ahora en Laguna Prieta, del kilómetro 14, de Cumayasa, es cumplir la promesa inaugural del Presidente Danilo Medina y empezar en ese lugar con “hacer lo que nunca se ha hecho”…y así todos seremos felices.

Tags relacionados