Tiemblan rodillas en PRD

Si Reinaldo Pared Pérez dice que no hay candidatos seguros, o candidaturas aseguradas no es para que alguien tiemble o busque Lomotil pensando en un cubo. Sencillamente se refiere a que aún no hay pactos firmados, no que le sacaran los pies a los partidos que votaron por la reforma constitucional para darle espacio a la reelección.

Ya advertí la inexistencia de acuerdos. El PRD, por ejemplo, votó y hubo otros que sufragando en contra aseguraban el quorum para completar la farsa. Una comedia bien montada que iba sobre grasa bien untada. Ahí terminó la primera parte.

La segunda está por verse. Se ignora la dimensión del compromiso morado, porque quien habló de pacto fue Miguel Vargas Maldonado cuando presentó un diseño, no el acuerdo. Los del PLD, la parte protagónica, aún no leen sus líneas. Se cree que esos parlamentos se pronuncien cuando estén todos los actores comprometidos.

Falta por saber el rol que tendrá el PRSC porque Quique Antún sigue cantando como galloÖ De esa traba se marchó Amable Aristy, quien es reformista con su propio galillo. También se ignora que parte del reparto tocará al llamado Bloque Progresista.

Por eso son entendibles las palabras de Pared Pérez quien debe sofocar con tiempo las presiones internas de los que son y quieren continuar o de los que quieren ser pero no podrían pasar a los Ayuntamientos o el Congreso Nacional. Desde ese elenco existen las mayores presiones. Todos quieren salir decentes a la escena política electoral. Se desgañitan y saltan con las manos en alto para que los vean claramente.

El rol que buscan los perredeístas (que están morados y no por asfixia) es similar a los dirigentes provinciales y municipales del PLD, pero están más callados porque el director de la obra no es el suyo. Podrán rezongar por lo bajo y hasta amenazar con unirse a la cartelera de la oposición en el teatro de Luis Abinader, como forma de forzar las garantías de un papel para el año próximo, pero en realidad es un miedo callado.

La angustia se asienta en que el PLD tiene la boletería, la publicidad y todos los técnicos bajo su control. Además, aunque no lo digan, tienen el teatro y la cafetería.

Que el PLD vaya a “cubiarlos” no es tan cierto pero, ¿y si lo fuera?