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En la diana

Primer Tiro El Primer Tiro del pasado 11 de junio decía lo siguiente: “Con la decisión de finales del pasado mes, durante los últimos tres meses la Tasa de Política Monetaria (TPM) del Banco Central ha acumulado una reducción de 125 puntos básicos, lo cual constituye una significativa profundización del proceso de flexibilización de dicha política... Una inflación que está muy por debajo del nivel inferior de la banda establecida en el Programa Monetario, un déficit corriente con el exterior disminuyendo, un déficit fiscal del Gobierno Central también disminuyendo, una tasa de interés real todavía muy alta, y una disponibilidad de espacio para producir un crecimiento no acelerador del nivel actual de la inflación, son factores que estarían a favor de una nueva reducción de la TPM. Pero el riesgo de un aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, y la reducción del margen entre la tasa de interés de títulos en moneda nacional y extranjera, son factores que estarían a favor de no reducir nuevamente la TPM”

Segundo Tiro El Tercer Tiro del pasado 25 de de junio decía lo siguiente: “La entrega anterior analizó el posible impacto de la liquidez bancaria de alto poder, pero se cometió el grave error de sumar a los depósitos de corto plazo (Overnight) el total de los billetes emitidos, en vez de solo las tenencias de los intermediarios financieros. La suma de ambas partidas aumentó en RD$ 2,195.0 millones entre el 12 de junio y el cierre de marzo, cuando se inicia el proceso de reducción de la TPM. Por tanto, la liquidez de alto poder está aumentando durante el proceso de flexibilización monetaria, contrario a lo planteado en la entrega anterior. La paralización del traspaso de la reducción de la TPM a las tasas pasivas debe buscarse en otra parte, y hay que tomar en cuenta que si los intermediarios financieros tienen expectativas de otra reducción de la TPM, entonces sus tasas activas de largo plazo estarían disminuyendo y aumentando sus tasas pasivas de corto plazo, y los datos disponibles del mes junio son consistentes con dichas expectativas. Si estas expectativas existen, y si tienen fundamentos, será el objeto de la próxima entrega”.

Tercer Tiro Con la decisión de ayer de mantener inalterada la TPM se finaliza, o al menos se interrumpe, el proceso de flexibilización monetaria por el lado del estímulo a través de la reducción de la tasa de interés. La posible existencia de expectativas de una nueva reducción en el mes de junio de la TPM no tenían fundamentos, pues el Banco Central debe esperar a que se produzca el traspaso acumulado en la reducción de la TPM al resto de las tasas de interés y luego también esperar a que se produzcan sus efectos en la demanda interna, para entonces evaluar el impacto de los mismos en la inflación y en el déficit corriente con el exterior. Las decisiones del pasado 25 de junio de la Junta Monetaria le restan posibilidades a nuevas reducciones de la TPM, pues con las mismas se ha iniciado una nueva ola de estímulo a la economía: la intensificación de la flexibilización crediticia, cuyos impactos en la demanda de crédito y sus otros efectos macroeconómicos también deben ponerse en la agenda de evaluaciones pendientes.

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