Estabilidad y crecimiento

El anuncio reciente del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, de que la economía proyecta un crecimiento anual de 7,2 y la calificadora Fitch de un 6,2 % en el 2014, es una señal positiva para el país. Por otro lado, se espera que la economía termine con una baja inflación de alrededor 3%, y el peso con relación al dólar se mantenga bajo rangos competitivos dentro de un régimen de mercado libre y flexible. Mientras más estable sea el tipo de cambio, los agentes económicos sienten confianza y desaparece la incertidumbre. La Política Valdez Albizu en esa dirección ha sido consistente y una aleccionadora experiencia de éxito al frente de la gestión del Banco Central. Esto en gran medida ha permitido que la economía no sufra vaivenes desestabilizadores y se aleje del fantasma de la devaluación que acarrea fuga de capitales y caída en el poder adquisitivo de la gente. No hay nada más preocupante cuando la economía de un país pierde confianza como consecuencia de la adopción de políticas económicas erróneas cuyas consecuencias perniciosas no benefician a nadie, solo a los especuladores. Hay que reconocer que la llamada Política Valdez Albizu, ha procurado mantener una saludable estabilidad cambiaria dentro del contexto de una política monetaria prudente aunque sometida bajo una situación fiscal aún deficitaria. Sin embargo, no es menos cierto también, que en el caso de la economía dominicana, residen relevantes preocupaciones que podrían constituirse en un eventual peligro y constituirse en una espada de Damocles para la estabilidad, y nos referimos al alto nivel de endeudamiento externo (50%/PIB) ya advertido por el propio FMI. Dicha situación succiona una enorme cantidad de recursos a las finanzas públicas en el pago de capital e intereses que lesionan los programas de desarrollo, hecho que debe ser tomado muy en cuenta para prevenir consecuencias indeseadas en el futuro para el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento y la paz social. El otro talón de Aquiles de la economía, es disminuir la amplia brecha de desigualdad social, la ingente capitalización del Banco Central, la problemática eléctrica y de transporte, el control migratorio fronterizo, el mejoramiento del sistema de seguridad social y una reforma laboral que incentive el empleo y el bienestar, entre otros factores estructurales de la agenda nacional.