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EL BULEVAR DE LA VIDA

Baní llama al 9-1-1

El nueve-uno-unoCon su corta edad, el Sistema de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1 es ya ejemplo regional de eficiencia, y prueba palpable de cuánto puede y se puede hacer desde el Estado cuando existe vocación de servicio, empoderamiento de los funcionarios que la tienen (-la vocación de servicio-) y voluntad política. El 9-1-1 es una muestra capitalina de lo que debería ser y hacer, de cómo debería funcionar el Estado Dominicano y sus agencias todas. Por supuesto que eso suena a utopía. Pero más utópico era pensar en aquel año vivido en peligro, 2003, que en algo más de diez años el país iba a contar con una institución como el 9-1-1. Y ahí está la joven. Tal y como funcionan los servicios de salud y seguridad en el 9-1-1, así debería funcionar YA el sistema nacional de salud, y también toda la Policía, la AMET y las Fuerzas Armadas. He ahí el desafío. Precisamente, es ahí cuando entra el ciudadano y sale el vulgar votante. Ahí entra el gasto racional y transparente, y entra la cero impunidad para quienes mal usan, dispendian o se roban los dineros de los contribuyentes. ¡Claro que Podemos!Con su 9-1-1, el mismo Estado clientelar y parasitario que con su peor cara fomenta la vagancia y la mendicidad y corre el riesgo de profesionalizar la pobreza; ese mismísimo Estado nos ha dicho a todos: “Podemos, claro que podemos”. (Y el PLD tiene ahora el poder y la oportunidad de profundizarlo y ampliarlo, en lo que llega Pablo Iglesias y le visita). Claro que el mérito primero es del presidente Medina, pero destaquemos que el funcionario “empoderado” para hacer posible el 9-1-1, Gustavo Montalvo, ni aspira ni quiere que lo aspiren a ninguna posición de elección popular, trabaja siete días a la semana (por lo menos), y es un ejemplo de honestidad, frugalidad banileja, rectitud; en fin, un buen peledeísta del cual Juan Bosch, -el don Juan progresista y liberal, el profesor de la solidaridad entre los pueblos, el de la igualdad de oportunidades, el de la honestidad a toda prueba-, ese don Juan, estaría muy orgulloso. Baní llama PACÍFICAMENTE al 911.Dicho todo lo anterior, debo recordarle al gobierno central y a los honorables legisladores de la partidocracia reinante, que el pueblo de Baní ha llamado pacíficamente al 9-1-1 y no le han respondido. ¡Cómo lo oyen! En el aprobado Presupuesto General de 2015 faltan los recursos para la terminación del Acueducto de Baní, solicitado hace cuarenta años y en construcción desde hace siete por iniciativa del presidente Leonel Fernández, con el necio y fastidioso insistir (-tráfico de influencias para el bien, le llamo yo-) de algunos hijos de Baní. Culpas son de la mayoría de los representantes de la urbe, incapaces de movilizar pacíficamente a sus compueblanos para llamar la atención del gobierno y la opinión pública. Pero sobre todo, culpa es de un Estado que al no terminar el acueducto de Baní, penaliza la decencia y la laboriosidad de un pueblo ejemplar, y premia los actos de terrorismo vandálico de termocefálicos habitantes de otros pueblos. Entonces, queda ahí la pacífica llamada al 9-1-1 de un pacífico pueblo de autogestión, trabajo y dignidad. Tome la llamada, señor Presidente. Tómela, doña Cristina, en el Senado; Abel Martínez, diputado; tómenla, príncipes del Comité Político. Tómenle todos la llamada al pacífico pueblo de Baní. No penalicen la paciencia, la laboriosidad y la autogestión de un pueblo de 250 años de historia y una sola familia.

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