Un gran reto para Leonel Fernández

Los aportes de Leonel Fernández desde la Presidencia de la Republica son innegables, como también lo son las falencias en el combate efectivo a la pobreza o a la solución del déficits en la generación eléctrica o los desmanes atribuidos a figuras de su entorno, a quienes la opinión publica ya ha enjuiciado. Puede que el y buena parte del país se entretenga en una especie de circulo vicioso discutiendo la modernidad que impuso en Santo Domingo y otros puntos del país y el desparpajo con que algunos de sus colaboradores exhiben bienes materiales, ante la indiferencia del líder. Él y buena parte del país pueden entrar, y entraran en el debate de los aportes al fortalecimiento institucional, hablaran de la reforma a la Constitución de la Republica, de la concepción y creación de las altas cortes. Pero, hablaran también de que se aprovecho de su poder para favorecerse a si mismo con un control efectivo en la cúpula del Poder Judicial, a donde habrán de llegar, y ya llegan, las acusaciones que se instrumenten contra el y sus seguidores mas cercanos. Dirán que hizo, lo que a pocos se les permite: modificar la Constitución de la Republica para beneficio propio. Esto ultimo a partir de la inhabilitación que le imponía la Constitución anterior para volver a ser candidato. La nueva Constitución le habilito. La parte mas compleja para el Leonel Fernández de estos días es otra. Tiene que articular un discurso oportuno, creíble y con sentido. Cual será su oferta, cual será el hilo que le conecte con los electores a los que intenta convencer de la necesidad de su regreso al poder, en el supuesto de que así lo decida. Los primeros planteamientos públicos de Leonel Fernández, luego de dejar la Presidente de la Republica han tenido respuestas incomodas, al punto de que esos enfoques no han sido retomados. Las advertencias de no arrebatar la antorcha en política recibieron respuestas y hubo quienes hicieron precisiones entre el ejercicio de la política y la participación en una justa deportiva. Por igual hubo reacciones, hasta de su propio compañero el Presidente Danilo Medina, de la relación que el ex Presidente trataba de establecer entre quienes detentan el poder y quien ejerce el liderazgo. Días después de que Fernández contara sus experiencias al observar el reparto de sobre conteniendo dinero en uno de sus recorridos por el interior del país y cuando conto, como supuestamente, Modesto Guzmán tenia cierto control sobre la casa del fallecido líder reformista, Joaquín Balaguer; Danilo Medina rompió su ya habitual silencio para comunicar que no tenia interés en ser líder. Frente a esto hay mucho espacio para hacer conjeturas, pero la verdad es que sobre estos temas el presidente del Partido de la Liberación Dominicana no ha vuelta, a pesar de que ha iniciado un proceso de visitas y contactos en diferentes puntos de la geografía nacional, que pudieran llevarle a comunicar su intención de buscar la candidatura a la Presidencia por su organización. Es ahí donde cobra importancia la manera en que obre el veterano político. No debe renegar de la administración de su compañero Danilo Medina. No debe articular una oferta en detrimento de la obra de su compañero hoy en el ejercicio del poder. La modernidad y la lucha contra la corrupción no será para el un tema y entonces habría que ver si resultara creíble una oferta de mayor seguridad publica y mejorías en la vida de los hombres y mujeres del campo. Frente a la reacción que han tenido los dos primeros temas que ha tratado Leonel Fernández luego de salir de la Presidencia, da la impresión de que ha optado por analizar asuntos académicos e internacionales, menos peliagudos. Claro, no es eso lo que prefieren leer o escuchar los suyo. Ellos y de seguro el, están a la espera de un discurso que les garantice nuclear a una masa en condiciones de crecer y de poder argumentar. El gran reto de Leonel Fernández no solo será lidiar con la tasa de rechazo que a la fecha reportan casi todos los estudios de preferencias políticas que se han publicado, sino elaborar y promover ese discurso creíble, generador de empatías y que convoque a un estadio esperanzador y entusiasta. Esa será su gran tarea.