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Los niños pobres, futuro de nada

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Efraín A. Guerra CarbucciaSanto Domingo

El 6 de mayo de este año en el Nacional de Venezuela publicó lo siguiente: ¡Imperdonable negligencia! Mueren 13 niños recién nacidos en hospital de Guanare por bacteria. Para completar la información, agrego, fueron 13 neonatos en ocho días, bien calculados serían 1.6 niños por día. Resultado: el director del centro Rodolfo de Bari, renunció del Hospital Miguel de Oráa ante el escándalo aunque alegó que todo se debió a una situación de contaminación en el área donde los niños eran atendidos.Aquí pasa algo parecido, mueren once en un día, reconocen que no es la primera vez, pretenden poner como normal que todas las muertes caen dentro de los parámetros estadísticos del centro, además declaran que el promedio de mortandad anda por los cinco niños neonatales diarios, y no pasa nada, nadie renuncia, es más, lo justifican, que si los mandan graves de clínicas privadas, que hay precariedad en todo, que es que falló esto, o lo otroÖ nadie tuvo la culpa Önadie quiere cargar con la culpa. ¿Falla algo todos los días?Peor, el Presidente Medina expresa a través de su interlocutor, el director de prensa de la presidencia, que ante la noticia cayó en un estado de shock y lo que expresan médicos a través de un programa de radio, es que estamos gobernados por un enfermo mental.Hasta con esto se quiere jugar con la figura del mandatario. Estamos acostumbrados a que un presidente no puede tener sentimientos, es un pecado que se exprese con el corazón, tiene que ser duro, porque un jefe de estado no se puede emocionar.Como si fuera poco, se hacen indagatorias, se señalan responsables y caen cabezas. Como siempre, unos en contra y otros a favor de la decisión. Pero, ¿y las muertes?, los “pobres”, de esos no se habla, no importan, no tienen dolientes, son niños sin apellidos sonoros, negros, o casi negros, ¿para qué servirían?, para limpiabotas, para pedir o limpiar vidrios en la esquina. Para proveer de órganos a pudientes; su norte, vivir en la miseria. Al fín y al cabo solo servirían para vender drogas o ser sicarios. Su suerte, la cárcel.Eso no puede ser así, necesitamos aunar esfuerzos por salvar al necesitado, que no tengan que morir unos, para que nos demos cuenta del malestar del todo. Que el Estado disponga de un mejor presupuesto para la salud, que continúe con la política de proveer más empleos, con salarios decentes, a la altura de las necesidades.¿Y qué piensan los ricos?, citemos al más rico de todos, a Bill Gates, el fundador de Microsoft, proclama en su carta anual del 2014, “hay que desterrar los mitos sobre la pobreza de una vez y para siempre”; “En base a casi cualquier medida, el mundo está mejor de lo que nunca ha estado. Las personas están viviendo vidas más largas y saludables. Las tasas de pobreza extrema se han reducido a la mitad en los últimos 25 años. La mortalidad infantil se hunde. Muchas naciones que eran beneficiarias de la ayuda son ahora autosuficientes”. ¿Dónde vive?, en algo parecido al cielo.Mientras que unos se mueren de indigestión, otros se mueren de inanición.

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