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PUNTO DE MIRA

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Como las hojas en otoño caen las del calendario. Simbólicamente se va uno y viene otro año. Se reanudan las ilusiones y los planes forjados se ven compelidos a tomar forma en el escenario de la vida. Desde esta tribuna de mirador del mundo y de la gente me he prometido para el nuevo año escribir más de las cosas que me gustan. Deseo abrir como ventanas o armar como rompecabezas, la vida de la zona colonial del tiempo que me toco vivir. Fue en su momento la capital del país. Quizá estos detalles sirvan para comprender estilos que aún perduran. Quiero también agradecer a todos los lectores-escritores de esta columna. Desde tantos puntos del planeta me han respaldado, criticado, orientado, sugerido, enmendado, elogiado que me he sentido en una tertulia en La Cafetera de la calle Del Conde. Ahora si es verdad que el mundo es un pañuelo. Se lo hacen ver todos los días. Me han recordado episodios de mi vida que los creo porque me atañen. Agradezco tanto a los que me apoyan como a los acerbos críticos porque aprendo y veo nuevos ángulos de las cosas. También tengo mi aprecio para aquellos que leen y me lo dicen. Los que escriben siempre son menos. Son los más decididos. A todos les deseo un venturoso nuevo año. Debemos disfrutar la vida que es lo más caro que tenemos y que nos salió de regalo de nuestros padres. Disfrutar a pleno pulmón. Del aire vivimos y es gratis. Decirle a todos los que amamos cuanto significan para nosotros. Total, sólo serán unos minutos y desperdiciamos más tiempo en tonterías. Feliz año para todos!!!

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