Un poco más de la princesa de Mónaco

Cuando se trata de la realeza, lo primero que se piensa es en un cuento de hadas; pero la vida de Carolina de Mónaco ha estado llena de desamores y tragedias. Asquí algunos datos curiosos sobre la vida de esta mujer.

ï La princesa habla fluidamente francés, inglés, italiano, español y alemán.

ï Después de su primer divorcio, se fue a Inglaterra a estudiar y se sometió a una cura de adelgazamiento en la que perdió 20 libras junto con un cambio de look.

ï Su tercer marido, Ernesto de Hannover, era esposo de Chantal de Hanover quien era una de las mejores amigas de Carolina.

ï Es aficionada a los sombreros, en especial a los tipo pamela.

MOMENTOS Carolina de Mónaco no pierde el estilo en ningún ámbito de su vida; últimamente se le ha visto pasear por las playas acompañada de amigos, donde se le nota muy relajada y siempre a la moda. Además de disfrutar de ir de paseo a galerías de arte.

Vida En una ocasión la princesa dijo que al lado de Grace (su madre), “se sentía como el patito feo” ya que era muy bella.

En su adolescencia era una buena bailarina de ballet clásico.

Su padre la llamaba “Carine” de cariño.

A pesar de que tuvo una juventud conflictiva, lo único que buscaba la princesa, según sus palabras, era tener una vida normal lejos de ‘flashes’ de los ‘paparazzi’, anhelo que nunca pudo tener ya que nació siendo princesa.

TURBANTES COMO TENDENCIA Carolina de Mónaco en 1997 marcó tendencia cuando comenzó a utilizar turbantes para ocultar la alopecia nerviosa que sufría y posteriormente el cabello cuando le fue creciendo. Luego que le creció un poco, lo dejaba ver de manera muy natural demostrando, una vez más, que ella es símbolo de moda. Carolina y su hermana solían tomar prestada la tiara de su madre Grace, a quien le gustaban las joyas de Cartier. En las cenas de gala la princesa apuesta por tiaras y joyas.